Las previsiones económicas de invierno de 2022 indican que, tras una notable expansión del 5,3 % en 2021, la economía de la UE crecerá un 4,0 % en 2022 y un 2,8 % en 2023. También se prevé que el crecimiento en la zona del euro se sitúe en el 4,0 % en 2022 y que se modere hasta el 2,7 % en 2023.
Tras el vigoroso repunte de la actividad económica que comenzó en la primavera del año pasado y se mantuvo hasta principios de otoño, se calcula que el ritmo de crecimiento en la UE se desaceleró hasta el 0,4 % en el último trimestre de 2021, desde el 2,2 % del trimestre anterior. Si bien ya se preveía una desaceleración en las previsiones económicas de otoño de 2021 después de que la economía de la UE cerrara la brecha con su nivel de producción anterior a la pandemia en el tercer trimestre de 2021, aquella fue mayor de lo previsto, ya que se intensificaron los factores negativos para el crecimiento, sobre todo el aumento de las infecciones por COVID-19, los altos precios de la energía y el mantenimiento de las perturbaciones en la oferta.
La pandemia sigue influyendo en el crecimiento, ya que muchos países de la UE sufren las tensiones derivadas de la combinación de una mayor presión sobre los sistemas sanitarios y la escasez de personal debido a enfermedades, cuarentenas preventivas o tareas asistenciales. También se prevé que los cuellos de botella logísticos y de suministro, incluida la escasez de semiconductores y de algunos productos metálicos, sigan pesando en la producción, al menos durante el primer semestre del año. Por último y con igual grado de importancia, se prevé que los precios de la energía sigan siendo altos durante más tiempo de lo previsto en las previsiones de otoño, lo que pesará de forma más prolongada en la economía y dará lugar a mayores presiones inflacionistas.
Aunque el efecto de la pandemia en la actividad económica ha disminuido con el tiempo, las medidas de contención en curso y la escasez prolongada de personal podrían lastrar la actividad económica. También podrían afectar al funcionamiento de las cadenas de suministro críticas durante más tiempo de lo previsto. En cambio, un menor crecimiento de la demanda a corto plazo puede contribuir a subsanar los cuellos de botella en la oferta algo antes de lo previsto.
La inflación puede resultar superior a lo previsto si las presiones sobre los costes se trasladan finalmente de los precios industriales a los precios de consumo en mayor medida de lo previsto, con lo que se agravaría el riesgo de efectos indirectos.
Paolo Gentiloni, comisario de Economía, ha comentado: «Múltiples factores negativos han empeorado la economía europea este invierno: la rápida propagación de la variante ómicron, un nuevo aumento de la inflación impulsado por la subida de los precios de la energía y la persistencia de perturbaciones en la cadena de suministro. Se prevé que esos factores vayan desvaneciéndose poco a poco y que el crecimiento vuelva a acelerarse en consecuencia ya esta primavera. Es probable que las presiones sobre los precios sigan siendo fuertes hasta el verano, tras lo cual se prevé que la inflación disminuya a medida que se modere el aumento de los precios de la energía y se reduzcan los cuellos de botella en la oferta. No obstante, la incertidumbre y los riesgos siguen siendo elevados».
Es probable que las presiones sobre los precios sigan siendo fuertes hasta el verano, después de lo cual se prevé que la inflación disminuya a medida que se modere el crecimiento de los precios de la energía y disminuyan los cuellos de botella de la oferta. Se prevé que la inflación en la UE aumente hasta el 3,9% en 2022 y disminuya hasta el 1,9% en 2023.
Por otra parte, se prevé que que el PIB tanto en la zona Euro como en la UE, crezca un 4% durante el 2022, y un 2,7% y un 2,8% respectivamente en 2023.
Los países que se estiman que tendrán un mayor crecimiento del PIB durante este año son España, Portugal, Irlanda, Malta y países de Europa del Este: Polonia, Eslovaquia, Hungría y Croacia. No obstante, hay que tener en cuenta que los países de Europa del Este ya tuvieron un incremento notable el año pasado debido a su inversión en I+D, tal y como se señala en el octavo informe sobre la cohesión. Por tanto, el crecimiento de los países del Mediterráneo no es tan notable ya que su inversión en este sector no es tan elevada.
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Gracias a los fondos de cohesión, se prevé que el PIB per cápita de las regiones menos desarrolladas aumente hasta un 5 % de aquí a 2023. Estas mismas inversiones también contribuyeron a reducir un 3,5 % la brecha entre el PIB per cápita del 10 % de las regiones menos desarrolladas y del 10 % de las regiones más desarrolladas. Las regiones de Europa oriental menos desarrolladas se han aproximado al resto de la UE, tal y como se señala más adelante en las conclusiones del octavo informe. Por otro lado, muchas regiones de renta media y menos desarrolladas, especialmente en el sur y el suroeste de la UE, han sufrido un estancamiento o declive económico.
Según las previsiones publicadas por la Comisión Europea, los países que más van a crecer en Europa en el año 2022 son:
- Malta: 6%
- España: 5,6%
- Polonia: 5,5%
- Portugal: 5,5%
- Irlanda: 5,5%
Por otro lado, los países previstos con un mayor crecimiento para 2023 son:
- Eslovaquia: 5,1%
- Malta: 5%
- Irlanda: 4,5%
- Rumanía: 4,5%
- España: 4,4%
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El octavo informe sobre la cohesión publicado por la Comisión pone de manifiesto que la política de cohesión ha ayudado a reducir las disparidades territoriales y sociales entre las regiones de la UE. Sus principales conclusiones son:
- La política de cohesión se ha convertido en una fuente de inversión más importante.
- Desde 2001, las regiones menos desarrolladas de Europa oriental se han aproximado al resto de la UE.
- La convergencia entre los Estados miembros se ha acelerado; no obstante, se han incrementado las disparidades regionales internas dentro de los Estados miembros de crecimiento rápido.
- El empleo ha aumentado, pero las disparidades regionales siguen siendo mayores que antes de 2008.
- El número de personas en riesgo de pobreza o exclusión social disminuyó en 17 millones entre 2012 y 2019.
- La brecha regional en materia de innovación ha aumentado en Europa, debido a la falta de inversión en I+D y a las deficiencias en los ecosistemas de innovación de las regiones menos desarrolladas.
- La población de la UE está envejeciendo y empezará a disminuir en los próximos años.
Fuente
Comsión Europea – Previsiones económicas de invierno de 2022
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