La frase «humo y espejos» se refiere a una ilusión del siglo XIX que utilizaban los magos para proyectar una imagen en el aire. Desde entonces, ha pasado a significar argucias y engaños.
Desde la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia el 24 de febrero de 2022, el Estado ruso y los medios pro-Kremlin se han dedicado a difundir desinformación relacionada con la energía, todo ello en un esfuerzo por ocultar el intento de chantaje de Moscú con el suministro de energía para obtener concesiones políticas de Occidente: el levantamiento de las sanciones o la presión sobre Kiev para que acepte las demandas rusas. En esta campaña destacan tres tipos de afirmaciones desinformativas.
La primera narrativa: culpar a las sanciones de la UE
La primera narrativa afirma que las sanciones occidentales a Rusia son las culpables del aumento de los precios de la energía este invierno. Algunos medios, en particular RT, culpan específicamente a «Bruselas» de los problemas energéticos europeos, mientras que Rusia no tiene la culpa de las consecuencias de su ataque no provocado e ilegal. Las subnarraciones afirman que las sanciones son ineficaces: están fortaleciendo a Rusia y están destruyendo las economías de la UE.
Los medios afines al Kremlin rara vez piden directamente la derogación de las sanciones, quizá porque los propagandistas del Kremlin alegan que están fortaleciendo a Rusia o que perjudican a Europa más que a Rusia. Cuando los medios de comunicación prorrusos plantean la posibilidad de que se levanten las sanciones, tienden a enmarcarla como la «vuelta de la UE a la política responsable» o «la ayuda a Europa, mientras Rusia es indiferente».
La propaganda pro-Kremlin se queda sin gas
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Tratar las sanciones en el marco de las narrativas del Kremlin es una cuestión delicada. En reuniones privadas, los funcionarios rusos exigen el levantamiento de las sanciones occidentales a Rusia y a menudo lo enmarcan como una condición previa para acordar esto o aquello: en agosto dijeron que las sanciones técnicas de la UE sobre los bienes de equipo debían levantarse antes de que se pudiera volver a suministrar gas a través de Nord Stream 1 (que en ese momento todavía no estaba saboteado). De hecho, la obstrucción rusa en julio fue un aviso de que el Kremlin estaba empeñado en cortar el suministro y utilizar el gas como arma política.
La segunda narrativa: no existe alternativa a la «Rusia fiable»
La segunda narrativa principal afirma que la UE tiene pocas o ninguna alternativa a los combustibles fósiles rusos para satisfacer su demanda energética. Las subnarraciones incluyen afirmaciones de que la transición a las energías renovables es responsable de la inflación energética y que Estados Unidos se ha beneficiado oportunamente de la crisis europea mediante la venta de gas natural licuado (GNL).
Una tercera vuelta de tuerca: ¡congelación!
La tercera narrativa alega que, sin el gas ruso, los países europeos se congelarán durante el invierno, pronosticando protestas generalizadas que supuestamente desencadenarán el caos en las calles europeas y podrían incluso derrocar a los gobiernos de la UE y a la propia UE (como durante Covid-19, cuando las protestas dispersas se utilizaron para soñar con el colapso de todo el sistema de la UE). Allí donde se han producido protestas, los medios prorrusos han cubierto con entusiasmo los llamamientos a poner fin a las sanciones de la UE, dando la impresión de que tales protestas representaban un sentimiento dominante en las sociedades occidentales. Es la clásica cantinela del Kremlin: «el pueblo contra la élite».
Además, los medios de comunicación en lengua francesa destacaron que el aumento de los precios de la energía está inspirando o reiniciando las protestas de los Chalecos Amarillos. RT y otros medios se refirieron a las posibles protestas en Alemania. Los locutores del régimen bielorruso afirmaron que las cadenas de suministro alemanas se han roto y la gente está recurriendo a la leña para calentar sus hogares.
Las tácticas de manipulación de Putin
Una de las tácticas favoritas de manipulación es mostrar a determinados políticos o manifestantes europeos que piden el fin de las sanciones y pretender que esto es representativo del estado de ánimo predominante. Putin intenta abrir una brecha entre los Estados miembros de la UE y los diferentes grupos de consumidores afirmando que Rusia está dispuesta a reanudar las exportaciones de gas a través del gasoducto Nord Stream 2, presentando a Rusia como un «socio energético fiable». Este doble discurso de la «fiabilidad» contrasta con la campaña de bombardeos de Rusia dirigida especialmente a la infraestructura energética de Ucrania.
Narrativas principales de la desinformación pro-kremlin: «la jajaganda»
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Con amigos así…
El Kremlin no intenta utilizar el gas como arma con más entusiasmo que en sus países vecinos. Moldavia es un ejemplo. Los medios de comunicación prorrusos publican regularmente artículos en los que se afirma que Moldavia caerá en un «abismo» sin las importaciones de energía rusa y que la adhesión a una plataforma común de adquisición de combustible de la UE abrogaría de algún modo la soberanía moldava.
Nótese la clara inversión de la responsabilidad: Rusia, y no la UE, está abrogando la soberanía de Moldavia al presionar al país para que siga aceptando su gas. El Kremlin acusa a la UE de los propios pecados de Rusia mientras afirma ser amigo de Moldavia, protegiéndola de la «gran y mala UE». Con amigos así, ¿Quién necesita enemigos?
Más información: EUvsDisinfo
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