¿Es solo una ilusión la creencia de que un sudoku diario puede prevenir la demencia? El experto Arfan Ikram afirma que esa gimnasia mental merece un poco de reflexión.
Si le preocupa la pérdida de memoria y el deterioro cognitivo, preste atención: es hora de resolver crucigramas, descargar una aplicación para aprender idiomas o aprender a resolver sudokus. «Estas actividades, el denominado entrenamiento mental, pueden ayudar a evitar que las cosas se pierdan en su cerebro», explica Ikram, director de Investigación Neuroepidemiológica en el Centro Médico de la Universidad Erasmus. Pero no espere demasiado para empezar, porque, una vez aparece la demencia, es probable que sea demasiado tarde. «Si uno está desarrollando una demencia, el entrenamiento mental no recuperará las cosas que ya ha perdido», añade Ikram. La explicación de esto puede estar en el concepto de la reserva cognitiva. Según Ikram, nuestra reserva cognitiva es el amortiguador del cerebro contra el desgaste que se produce a lo largo de la vida. «Al igual que desarrollamos los músculos con actividad física, desarrollamos el cerebro con actividad cognitiva, que es lo que llamamos reserva», prosigue Ikram. «Cuanta más reserva acumule uno en las primetas etapas de la vida, más capacidad tendrá para hacer frente a los daños que causan la demencia más adelante». Según Ikram, hasta un tercio de los casos de enfermedad de Alzheimer podrían prevenirse modificando el estilo de vida.
La importancia de los desafíos mentales
¿Entonces cómo entrenamos la mente? Aunque la escuela y la educación son las oportunidades al alcance de la mano en el entrenamiento mental, Ikram asevera que también podemos incluir aprender a tocar el piano o ser capaces de hablar varios idiomas. Tener una carrera profesional mentalmente estimulante también puede ayudar: piense en el taxista que ha memorizado todas las calles de una ciudad y en el mecánico de automóviles que sabe cómo ensamblar un motor. Al trabajar en el proyecto ORACLE, financiado con fondos europeos, Ikram estudió los cerebros de más de cuarenta mil personas para buscar señales tempranas de deterioro mental. «Siempre que sea un desafío para el cerebro, la actividad ayudará a desarrollar la reserva cognitiva», destaca Ikram. «Cuanta más reserva se tenga, mejor funcionará el cerebro a medida que se envejece». Este último punto explica por qué es tan importante comenzar pronto. «Si uno empieza a hacer ejercicio a los setenta años, no obtendrá los mismos beneficios que alguien que comenzó a los veinte», aclara Ikram. «Esto funciona igual en el caso del cerebro: cuanto antes empiece uno, mayores serán los beneficios». Sin embargo, eso no significa que no tenga sentido empezar ahora. «El entrenamiento mental es como hacer ejercicio o incluso una inversión: más vale tarde que nunca», señala Ikram. La clave está en ser proactivo, no reactivo, respecto a los ejercicios mentales. «Aunque el entrenamiento puede ayudar a evitar que las cosas se pierdan en el cerebro, no recuperará un recuerdo o una habilidad que ya haya desaparecido», concluye Ikram. Haga clic aquí para obtener más información sobre la investigación de Ikram: Un extenso estudio muestra la influencia del estilo de vida en la enfermedad de Alzheimer
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