Objetivo:
Este tema pretende dotar a las autoridades locales y regionales de la capacidad necesaria para elaborar planes y estrategias sostenibles para la transición energética. Para apoyar con éxito la consecución de los objetivos energéticos y climáticos, las estrategias y planes de transición deben estar institucionalizados, ser intersectoriales y estar adaptados al nivel de innovación, la ambición y el contexto geográfico específico de las autoridades implicadas.
Los entes locales y regionales son una palanca decisiva para que la UE alcance su objetivo de neutralidad de carbono para 2050. Los responsables políticos y las administraciones de todos los niveles subnacionales (regiones, provincias, ciudades, pueblos, distritos urbanos, zonas rurales, etc.) deben comprometerse y planificar eficazmente la transición energética limpia de sus respectivos territorios, sistemas energéticos e infraestructuras con un nivel de ambición y ritmo sin precedentes y con un horizonte temporal a largo plazo.
Sin embargo, los entes locales y regionales a menudo carecen de capacidades para planificar dichos planes y estrategias, en particular en los municipios más pequeños, las zonas rurales y las regiones con altas emisiones de carbono, que se están quedando atrás en la transición energética. Por ejemplo, los municipios pequeños entre los firmantes del Pacto de los Alcaldes siguen necesitando mucho apoyo para diseñar sus Planes de Acción para el Clima y la Energía Sostenible (PACES). Otras ciudades que ya han desarrollado un PACES o planes similares todavía tienen que adaptar sus planes a los nuevos objetivos y llevar a cabo acciones más ambiciosas para alcanzar la neutralidad de carbono. Las características políticas innovadoras, como la aplicación de presupuestos de carbono, la asignación y el seguimiento de recursos para acciones climáticas en los presupuestos municipales, la definición de objetivos de eficiencia energética y energía renovable a nivel de distrito y de comunidad y las innovaciones sociales basadas en la gestión de la transición, el pensamiento sistémico o la supervisión reflexiva, pueden apoyar la actualización de los planes.
Otro reto al que se enfrentan las autoridades públicas es la planificación energética holística necesaria para llevar a cabo la transición energética limpia. El éxito de la transición energética limpia requerirá una mayor integración sectorial (producción de energía, edificios, movilidad y transporte, uso del suelo, residuos, agua, salud, etc.) a la hora de planificar la transformación de las ciudades y regiones, también con vistas a una transición socialmente justa. La integración de la mitigación y la adaptación al clima sigue siendo compleja para muchos de los firmantes del Pacto de los Alcaldes. La planificación energética integrada que se puso a prueba en anteriores proyectos financiados por la UE (por ejemplo, energía y movilidad, energía y planificación urbana, etc.) demostró ser beneficiosa para reforzar mutuamente las políticas sectoriales, mejorar la eficiencia del proceso de planificación y activar o reforzar la cooperación entre diferentes departamentos de las autoridades públicas.
También es necesario asegurar un mayor compromiso político, la apropiación de los planes por parte de las autoridades públicas más allá de los ciclos electorales y los recursos adecuados para lograr la reducción requerida en el consumo de energía y las emisiones de GEI. A menudo, los planes y estrategias ya adoptados no están respaldados por estructuras de gobernanza sólidas, competencias específicas y recursos disponibles en las administraciones para aplicar el cambio requerido. Es necesario institucionalizar los procesos de planificación y establecer nuevos esquemas de gobernanza participativa, con la participación de las principales partes interesadas locales y de los ciudadanos, para que la transición energética limpia esté realmente arraigada en los territorios y cuente con el apoyo local, también de los grupos vulnerables afectados por la transición.
Además, es necesario que haya una alineación y coherencia con otros marcos energéticos y climáticos, en particular con los niveles nacional y de la UE. Los objetivos y las medidas en materia de energía y clima definidos en las estrategias y los planes de transición hacia una energía limpia elaborados por las autoridades regionales y locales deben apoyar claramente y liderar los Planes Nacionales de Energía y Clima, los Planes de Recuperación y Resiliencia, el Green Deal de la UE y sus iniciativas, como la Ola de Renovación, la transposición del Paquete de Energía Limpia a las leyes nacionales, las Estrategias Nacionales de Renovación a Largo Plazo, la misión Horizonte Europa sobre ciudades neutras desde el punto de vista climático e inteligentes, etc., para contribuir a una transición coherente de los sistemas energéticos en los Estados miembros.
Alcance:
- Las acciones deben proporcionar apoyo técnico a las autoridades regionales y locales y reforzar sus capacidades para desarrollar y supervisar ambiciosos planes/estrategias de transición energética limpia a largo plazo para 2030 y/o 2050 en coherencia con los marcos de información nacionales y de la UE, a través de una combinación adecuada de actividades (asistencia a medida adaptada a las circunstancias territoriales, programas de formación para los responsables políticos/funcionarios públicos, promoción de la repetición y el despliegue de las mejores prácticas de planificación y herramientas de información, etc.). Las acciones deben apoyar a las autoridades regionales y locales, en particular, para que adquieran las competencias y los recursos técnicos, jurídicos y sociales necesarios para llevar a cabo una planificación energética holística, integrada e inclusiva, basada en el compromiso de las partes interesadas y en la participación social.
- Las acciones deben tratar de institucionalizar la planificación energética integrada en las autoridades locales y regionales y aplicar un enfoque intersectorial para planificar la transición energética, diseñando y mejorando los procesos de planificación que puedan facilitar la integración de la energía limpia con otros sectores como la movilidad y el transporte, la ordenación del territorio y la planificación urbana, los servicios, las infraestructuras, etc. El objetivo es profesionalizar y acelerar los procesos de planificación, apoyar niveles de ambición más elevados, romper silos y aumentar la cooperación entre los diferentes departamentos de la autoridad local (regional), y maximizar el impacto de los planes locales y regionales. Las acciones deben tener en cuenta las condiciones del marco normativo, el impacto social de los planes e investigar nuevos modelos políticos participativos e instrumentos de planificación para implicar y comprometer a la sociedad civil y a un espectro más amplio de partes interesadas. Las acciones deben apoyar el establecimiento de nuevas formas de estructuras de gobernanza participativa para implicar a múltiples partes interesadas y a los ciudadanos en la planificación y la aplicación de la transición energética limpia.
- Debe prestarse una atención territorial específica a las autoridades públicas que estén dispuestas a establecer procesos de planificación innovadores a través de proyectos piloto locales y/o a las zonas geográficas, municipios y regiones que, a pesar de su importante nivel de ambición, siguen estando rezagados, afectados por la transición y aún no se han comprometido plenamente con ella.
Plazo
12 de enero de 2022
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