Los científicos calculan que las olas de calor, debido a su impacto en la productividad humana, están causando importantes daños a la economía europea. Nuevas estimaciones muestran que el impacto negativo va a aumentar considerablemente en las próximas décadas.
El número de días con calor extremo se duplicó en Europa entre 1960 y 2017. Las proyecciones del cambio climático estiman que las olas de calor serán aún más frecuentes y podrían durar más tiempo.
Las olas de calor amenazan la salud humana, animal y vegetal, dañan las infraestructuras y reducen la productividad de los trabajadores. Los ambientes excesivamente calurosos provocan tensión fisiológica, reducen el número de horas de trabajo productivo, disminuyen la capacidad de asimilar información e interfieren en la toma de decisiones.
En un nuevo estudio, científicos del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea y otras instituciones de investigación europeas calculan las pérdidas de PIB debidas a los efectos negativos de las olas de calor sobre la productividad humana.
Calculan que las olas de calor de los últimos años excepcionalmente calurosos, como 2003, 2010, 2015 y 2018, provocan una pérdida anual del 0,3-0,5% del producto interior bruto (PIB) europeo.
Esto es ya entre 1,5 y 2,5 veces más que la pérdida media del 0,2% del PIB debida al calor extremo en los años comprendidos entre 1981 y 2010.
El estudio prevé que las pérdidas del PIB crecerán de forma constante durante los próximos 40 años en Europa. Calcula que los costes de las olas de calor aumentarán hasta una media anual prevista del 0,77% del PIB en 2035-2045, hasta alrededor del 0,96% en 2045-2055 y pasarán al 1,14% en la década de 2060.
El sur de Europa sufre el impacto más severo
El estudio revela que los países del sur de Europa sufrirán las mayores pérdidas económicas por el exceso de calor. Chipre será el más afectado, donde las pérdidas anuales podrían ascender al 3-3,5% del PIB del país en 2060.
Portugal, España y Croacia pasarán gradualmente de un rango de pérdidas anuales del 2% en 2040 a alrededor del 3% en 2060. Rumanía, Italia, Grecia y Bulgaria también experimentarán un aumento considerable de su impacto previsto.
Los países de Europa Central experimentarán impactos negativos menores, pero aún significativos. El estudio prevé que en Alemania, en 2050, las olas de calor causarán una pérdida media anual del 0,5% del PIB del país.
Por el contrario, los países escandinavos, el Reino Unido e Islandia sufrirán pérdidas anuales menores, de hasta el 0,2% del PIB, o ninguna.
También hay grandes variaciones entre las regiones de un mismo país. Los mapas que aparecen a continuación muestran los costes económicos estimados de las olas de calor como porcentaje del PIB regional en los cuatro años extremos (2003, 2010, 2015 y 2018), que el estudio analizó con mayor detenimiento. Los daños en estas regiones superan a menudo el 1% del PIB, llegando casi al 2% en las regiones más meridionales.
Las regiones más afectadas son las que tienen un clima cálido y en las que los sectores de actividades al aire libre, como por ejemplo la construcción, la agricultura y el turismo, representan una gran parte de la economía regional.
©David García-León, Nature Communications, CC BY 4.0, http://creativecommons.org/licenses/by/4.0/
Adaptar el lugar de trabajo al aumento de las temperaturas
Este estudio puede ayudar a los responsables políticos a elaborar políticas que minimicen el impacto del aumento de las temperaturas en los trabajadores europeos, tal y como se destaca en la nueva Estrategia de Adaptación al Clima de la UE de febrero de 2021. Según los científicos, en Europa hay un gran margen para aplicar medidas de adaptación en el lugar de trabajo para contrarrestar el efecto del aumento del calor en los trabajadores.
Estas medidas podrían incluir uniformes adaptados, mejor aislamiento de los edificios, lugares de trabajo verdes, cobertura de árboles, automatización, aire acondicionado y cambio de los patrones de trabajo para ayudar a los trabajadores expuestos a evitar los períodos más calurosos del día.
Las soluciones tecnológicas innovadoras, como las máquinas portátiles que protegen del calor, son algunas de las respuestas de adaptación del futuro.
La metodología interdisciplinar ascendente propuesta en este estudio también podría configurarse para evaluar varios objetivos políticos, incluida la aplicación de políticas de adaptación.
Los responsables políticos podrían utilizar esta metodología para captar con precisión los efectos macroeconómicos de las políticas de adaptación alternativas, teniendo en cuenta la existencia de diferentes realidades regionales climáticas, socioeconómicas y demográficas.
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