Un mes de guerra. Un mes de muerte, destrucción y sufrimiento. Un mes de terror ruso contra el pueblo de Ucrania. Y un mes en el que el mundo democrático se ha levantado, con toda su fuerza, para condenar a Rusia y oponerse a esta guerra bárbara e inmoral.
Mariupol. Como otras ciudades, Mariupol quedará grabada para siempre en la historia de las ciudades mártires. Un teatro bombardeado, una escuela de arte bombardeada donde tantas personas se refugiaron, el 90% de la ciudad dañada o destruida, los residentes retenidos como rehenes por las tropas rusas, sin comida, sin agua, sin electricidad, sin calefacción. Mariupol. Hace un mes una ciudad vibrante. Hoy, en ruinas.
Rusia es responsable de esta guerra. Sólo Rusia. Atacar a las mujeres, los niños, los civiles. Estos son crímenes, y los responsables se enfrentarán a la justicia internacional. No hay impunidad.
No estamos solos en la condena de esta guerra brutal. Ni mucho menos. La UE, junto con nuestros socios y aliados, se mantiene firme en su solidaridad con Ucrania. Durante un mes, una coalición internacional se ha levantado para denunciar esta guerra: naciones, empresas, ciudadanos, las Naciones Unidas. Juntos, tenemos un objetivo común: derrotar a Vladimir Putin. Putin pensó que conquistaría Ucrania en pocos días y se equivocó. Pensó que dividiría a la UE y a nuestros aliados y se equivocó, porque el pueblo de Ucrania está luchando valientemente, defendiendo sus hogares y el futuro de sus hijos. Defendiendo su democracia y defendiendo nuestros valores comunes europeos.
La Unión Europea, con nuestros aliados, estamos unidos y estamos actuando contra el Kremlin. Con nuestros socios internacionales, hemos impuesto las sanciones más duras que jamás hayamos adoptado. Golpeando el sistema financiero. Paralizando sectores económicos clave y reprimiendo a los partidarios del régimen. Congelando las reservas de divisas de Rusia, prohibiendo a los bancos el uso de SWIFT. El rublo se ha desplomado; las multinacionales huyen. Sanciones a las empresas rusas y a los responsables políticos, propagandistas y oligarcas. Congelación de sus activos en la UE, prohibición de sus viajes en la UE, focalización en sus yates, sus villas, sus jets privados. Estamos aplicando estas sanciones y trabajando para cerrar las lagunas que proporcionan una vía de escape a Rusia, y estamos preparados para hacer más, para matar de hambre a la maquinaria de guerra de Putin.
Mientras hablamos, el pueblo ucraniano está luchando por su libertad. No los abandonaremos. Porque es nuestro deber político y moral. Están luchando no sólo por ellos mismos, sino por nuestros valores y principios comunes. En Versalles, hace dos semanas, decidimos aumentar nuestro apoyo humanitario, político, financiero y material a Ucrania. Más de tres millones de personas han huido a la UE, en su mayoría mujeres y niños, y los estamos acogiendo con dignidad. Seguiremos ofreciéndoles toda la ayuda que necesiten y mostrando nuestra solidaridad con los países en primera línea.
También seguiremos proporcionando equipamiento militar a Ucrania, con 1.000 millones de euros ya movilizados a través del Fondo Europeo para la Paz. También tenemos una herramienta muy poderosa en nuestro Acuerdo de Asociación con Ucrania, y debemos aprovecharla al máximo. La semana pasada, continuamos nuestro apoyo en el sector energético conectando a Ucrania -y a Moldavia- a nuestra red eléctrica europea.
También hemos trabajado intensamente en el frente diplomático para intentar poner fin a esta guerra. El Presidente Macron y el Canciller Scholz también han desempeñado un papel importante en nuestros esfuerzos diplomáticos. Hablo con el presidente Zelenskyy casi todos los días, y he hablado con el presidente Putin en múltiples ocasiones. El objetivo es claro: esta guerra debe terminar.
Nuestros amigos ucranianos también piden otro tipo de ayuda: la ayuda política. Ucrania forma parte de nuestra familia europea. Hemos acordado apoyar la opción europea de Ucrania y su derecho a elegir su propio destino. Hemos decidido reforzar inmediatamente nuestros lazos y profundizar en nuestra asociación y apoyar a Ucrania para que siga su camino europeo. Hemos propuesto poner en marcha un Fondo Fiduciario de Solidaridad con Ucrania y una conferencia internacional de donantes para prestar apoyo a Ucrania en sus necesidades inmediatas y ayudar a reconstruir una Ucrania libre y democrática. […]
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