La ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, presidió ayer una videoconferencia de los ministros de Asuntos Exteriores del G7 de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido, así como de la Alta Representante de la Unión Europea.
Los ministros siguen consternados por la continua guerra de Rusia contra Ucrania y reiteraron su profunda condena de la agresión en curso, así como de la participación de Belarús en ella. Los Ministros han exigido que los dirigentes rusos cumplan inmediatamente la orden del Tribunal Internacional de Justicia de detener el asalto a Ucrania, a su población y a las infraestructuras civiles, incluidos los hospitales y las escuelas, y de retirar inmediatamente sus fuerzas militares. El asedio a Mariupol y otras ciudades y la denegación de ayuda humanitaria son inaceptables. Los ministros han exigido que Rusia cumpla sus obligaciones en virtud del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos. Los dirigentes rusos tienen que facilitar inmediatamente el acceso de la ayuda humanitaria a Mariupol y a otras ciudades asediadas.
Los ministros condenaron en los términos más enérgicos los ataques indiscriminados contra la población civil. Debido a la guerra no provocada y vergonzosa del Presidente Putin, millones de personas se ven obligadas a huir de sus hogares; la destrucción de infraestructuras, hospitales, teatros y escuelas es continua. La flagrante violación del derecho internacional por parte de Rusia ya ha aislado a su gobierno internacionalmente y lo hará aún más. Los Ministros han acogido con satisfacción y apoyado la orden sobre las medidas provisionales de la Corte Internacional de Justicia, y han instado firmemente a Rusia a que cumpla la orden sobre las medidas provisionales, que es vinculante para las partes.
Los Ministros han subrayado que los responsables de crímenes de guerra, incluido el uso indiscriminado de armas contra civiles, serán considerados responsables. Los ministros han acogido con satisfacción la labor de investigación y recopilación de pruebas que se está llevando a cabo, incluso por parte del Fiscal de la Corte Penal Internacional.
Los ministros han recordado que el G7, junto con sus aliados, ha impuesto sanciones sin precedentes en respuesta a la guerra de agresión contra Ucrania por parte de Rusia. Estas medidas han infligido costes sustanciales a la economía rusa y su impacto aumentará en el futuro. Las sanciones se dirigen a los responsables del ataque ilegal contra Ucrania y no a la sociedad civil rusa que ha dado muestras de protesta contra la guerra del presidente Putin. El G7 está dispuesto a aumentar esta presión.
Los ministros se han comprometido a aumentar y desembolsar sustancialmente la ayuda humanitaria, ya que las necesidades del pueblo ucraniano aumentan cada día debido a la continua agresión de Rusia. Piden a los demás que se unan a este esfuerzo. Se necesita urgentemente un impulso humanitario, para Ucrania y más allá, ya que esta guerra despiadada tendrá consecuencias masivas para la seguridad alimentaria y los precios en muchos países que dependen de las entregas del sector agrícola ucraniano.
Los ministros han elogiado a los Estados vecinos por su gran solidaridad y humanidad al acoger a los refugiados ucranianos y a los nacionales de terceros países afectados por el conflicto, y seguirán apoyándolos, incluso acogiendo a refugiados.
Los ministros han confirmado la necesidad de aumentar la ayuda internacional a los países vecinos de Ucrania, que están experimentando una afluencia de refugiados sin precedentes. La guerra de agresión del Presidente Putin contra Ucrania ya ha obligado a millones de civiles, especialmente mujeres, niños y ancianos, a huir de sus hogares. Más de tres millones cruzaron la frontera hacia otros países, casi todos ellos hacia la UE y Moldavia.
Los ministros prestaron especial atención a la República de Moldavia, el más pequeño de los vecinos de Ucrania, que ofrece refugio al mayor grupo de refugiados de Ucrania per cápita. Los Ministros acordaron coordinar sus esfuerzos de asistencia en un Grupo de Apoyo a Moldavia e invitar a otras partes interesadas a unirse. Los ministros acordaron seguir de cerca esta cuestión y debatirla en el marco del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
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