Un equipo de investigadores ha desarrollado robots revolucionarios que se adaptan a la cultura y las costumbres de los más mayores a los prestan servicio.
El envejecimiento poblacional afecta a muchas facetas de la sociedad, y en concreto supone una presión elevada para los recursos sanitarios y sociales nacionales. Esta presión podría aliviarse en gran medida aprovechando los progresos logrados en el campo de la inteligencia artificial. Así, cuidadores en hospitales y residencias para la tercera edad podrían valerse de robots en su quehacer diario, e incluso mejorar la asistencia a domicilio y ayudar a los más mayores a vivir con más independencia. Pero para lograrlo, tendrán que ser capaces de reaccionar ante las necesidades de los más mayores de tal forma que logren ganarse su confianza y aceptación.
El proyecto financiado con fondos europeos CARESSES se propone crear los primeros robots con capacidades culturales destinados al cuidado de los más mayores. Esta idea revolucionaria implicó el diseño de robots que adaptan su modo de funcionar y hablar a la cultura y las costumbres de la persona mayor a la que asisten.
«La idea es que los robots deben ser capaces de adaptarse en un sentido amplio a la cultura humana, la cual se define por la pertenencia de cada cual a un grupo étnico concreto. Al mismo tiempo, los robots deben adaptarse a las preferencias personales de la persona a la que asisten, con independencia de si es italiano o indio», explicó el investigador Alessandro Saffiotti de la Universidad Örebro (Suecia), socia del proyecto, en una noticia publicada en el sitio web «Phys.org».
¿Cómo funciona exactamente el robot CARESSES?
La comunicación que entabla con una persona mayor permite al robot ajustar sus conocimientos y adaptarlos a la identidad cultural y las características personales del asistido. Tras analizar estos conocimientos, podrá recordarle la hora de tomar la medicación, invitarle a hacer ejercicio y comer sano, o ayudarle a comunicarse con amigos y familiares. El robot podrá además sugerir la ropa ideal para ocasiones concretas y recordar próximas celebraciones religiosas o de otra índole. No sustituye a un asistente a domicilio, pero ejerce una labor fundamental a la hora de reducir tanto la soledad de los más mayores como la necesidad de contar con un asistente cerca a todas horas.
Los responsables del equipo están probando los primeros robots de CARESSES en hogares del Reino Unido y Japón. Su labor es asistir a mayores con distintos trasfondos culturales. El objetivo es comprobar si los robots que interactúan teniendo en cuenta aspectos culturales son mejor recibidos. También se proponen medir si este tipo de robots es capaz de mejorar la calidad de vida de los más mayores. «Las pruebas con estos robots al margen de un laboratorio y en interacción con los mayores será sin duda la parte más interesante de nuestro proyecto», añadió Saffioti.
Los robots innovadores de CARESSES (Culture Aware Robots and Environmental Sensor Systems for Elderly Support) podrían allanar el camino para una nueva generación de robots más conscientes de los temas culturales más allá de la asistencia a los más mayores. «Supondrá un valor añadido para los robots que tengan que interactuar con personas. Lo cual no significa que los robots actuales sean completamente neutros en este campo. Sino que reflejan involuntariamente la cultura de los humanos que los construyeron y programaron».
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