Según el artículo de Peter Birch and David Crosier publicado en EURYDICE existe una ausencia de maestros hombres en nuestras escuelas y aunque no es un problema nuevo sí tiene trascendencia en la educación. Según los últimos datos de Eurostat, solo el 15% de los profesores de educación primaria en Europa ahora son hombres. Y en el futuro, este desequilibrio de género se intensificará con menos hombres ingresando a la profesión. Entonces, ¿por qué tenemos un desequilibrio de género tan fuerte y, lo que es más importante, importa?.
Entre otras, existe la creencia generalizada de que la enseñanza ofrece pocas oportunidades para el desarrollo profesional. Si bien esta imagen puede tener más matices si nos fijamos en las estructuras de la carrera docente en Europa, es una imagen profesional que es difícil de eliminar.
El estereotipo de que las profesiones de cuidado personal se adaptan mejor a las mujeres es problemático por muchas razones, pero entre ellas destaca la presunción de que el cuidado se basa en el género. Esta creencia persiste a pesar del hecho de que algunas profesiones solidarias, como los médicos, están dominadas por hombres.
Pero cualesquiera que sean las razones por las cuales a los hombres no se les recomienda enseñar, ¿es importante su ausencia en la educación escolar?
Una forma pragmática de ver esta pregunta es ver si hay algún impacto visible en el rendimiento estudiantil. Algunos comentaristas han relacionado la falta de profesores varones con el bajo rendimiento de los niños en comparación con las niñas (por ejemplo, la mayor tasa de niños que abandonan la escuela temprano o el aumento de las tasas de matriculación de niñas en la educación superior). Muchos afirman que la falta de modelos masculinos en las escuelas afecta el bajo rendimiento de los niños.
Sin embargo, el impacto en los logros de los estudiantes es discutible, y existe una considerable evidencia empírica de que las interacciones de género no parecen estar relacionadas con el desempeño del estudiante. Y cuando se les pregunta, los estudiantes parecen estar más interesados en la competencia, las actitudes y el rendimiento de los docentes que en su género.
Una segunda forma de ver el problema es considerar el plan de estudios oculto. En otras palabras, ¿qué valores culturales se están absorbiendo a través de la escuela y la sociedad? Aquí, podemos concluir que la ausencia de maestros en la escuela refuerza y perpetúa los estereotipos problemáticos sobre mujeres y hombres. Así, los estudiantes aprenden a través de la experiencia directa que el mercado laboral segrega a los humanos por género, considera a las mujeres como cuidadores más adecuados que los hombres, y no valora las profesiones como la enseñanza.
Los valores transmitidos a través de la educación son importantes, la ausencia de docentes de sexo masculino es realmente una preocupación, junto con la representación insuficiente de grupos étnicos, lingüísticos y culturales en algunas de nuestras sociedades. ¿Cómo transmitimos el mensaje de que los estudiantes pueden desarrollar las habilidades y el conocimiento para reformar y superar la desigualdad mientras aprenden en un entorno que es una encarnación de tal inequidad?
En última instancia, garantizar que los hombres encuentren atractiva y gratificante la carrera docente es una parte esencial de la lucha contra la discriminación de género, y es fundamental para la idea de que las escuelas promuevan los valores democráticos.
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