«Sólo es auténtico el texto pronunciado»
Estimados distinguidos invitados,
Comisario Ferreira,
Colegas,
Millones de ucranianos buscan refugio en la Unión Europea, arrancados de sus familias y de su país por las bombas de Putin. Las escenas de la guerra son devastadoras.
Pero las imágenes de los ciudadanos europeos acogiendo a los refugiados muestran otra imagen: muestran esperanza.
Ucrania y la Unión Europea nunca han estado tan cerca.
Hasta que los ucranianos puedan volver a casa con seguridad, y reconstruir su país independiente y democrático en paz, los acogeremos y apoyaremos. Porque forman parte de nuestra familia europea.
Por eso, la semana pasada, la Comisión Europea presentó CARE. Este paquete de medidas de cohesión para los refugiados pone a disposición de los Estados miembros fondos de cohesión. Esto les ayudará a construir centros de acogida, hospitales móviles y escolarización de niños. Puede proporcionar apoyo al empleo, por ejemplo, cursos de formación y de idiomas, o guarderías. CARE ayudará a los Estados miembros a acoger a los refugiados ucranianos de forma rápida y humana.
Para mí, este es un ejemplo realmente inspirador. Porque muestra la diferencia que puede marcar la política de cohesión. Tanto como respuesta a corto plazo a la crisis como inversión a largo plazo en la resistencia democrática. Y lo bueno es que hay muchos ejemplos como este, en todas partes de nuestra Unión. Desde nuestra respuesta a la pandemia, donde los fondos de cohesión suministraron ventiladores, camas de hospital y equipos médicos. Hasta la transición verde. Todos ellos demuestran el impacto de la política de cohesión en la vida cotidiana de los europeos.
Todos conocemos los grandes puntos fuertes de la cohesión.
Primero: es pura potencia, porque la cohesión viene acompañada de un impresionante respaldo financiero.
Estamos hablando de casi 400.000 millones de euros de 2021 a 2027. Con una estimación de 100.000 millones por parte de los Estados miembros. Pero esto no es todo. La política de cohesión es tan poderosa, en primer lugar, porque cumple una promesa fundamental de nuestra Unión: que todas las regiones son iguales, que los ciudadanos europeos, independientemente de dónde vivan, pueden tener una vida segura y próspera. Esta promesa nos trae hoy aquí. Estoy agradecido de poder dirigirme a este Foro de la Cohesión. Porque hoy necesitamos más que nunca la política de cohesión.
Esto me lleva a la segunda fuerza: La cohesión es un motor de cambio.
Como saben, Europa se encuentra al principio de una nueva transformación. Queremos convertirnos en el primer continente climáticamente neutro para 2050. Y en toda Europa, los ciudadanos han iniciado su camino hacia un futuro neutro. Quieren vivir en ciudades más verdes y respirar aire puro. Y quieren poder elegir realmente: entre trabajar en la ciudad o en el campo.
La política de cohesión contribuirá a que se produzca esta transformación. Basta con recordar los años setenta. Por aquel entonces, el dinero de los fondos de cohesión apoyaba a las regiones industriales y del carbón europeas en su necesaria transformación. Donde antes se extraía carbón, construimos universidades y centros científicos. Esto atrajo el talento. Y con el talento llegó la innovación. Nuevas carreteras y aeropuertos conectaron ciudades y empresas en todo el mercado único. Muchas de estas regiones se volvieron competitivas a nivel mundial. La política de cohesión lo ha hecho antes, y lo volveremos a hacer.
Esta vez la política de cohesión apoya a las regiones en otra transformación. En su camino hacia un futuro más verde y sostenible. Esta transformación comienza en cada pueblo, en cada ciudad, en cada región. Juntos invertiremos en energías renovables como nunca antes. Aumentaremos la conectividad, ya sea ferroviaria o digital. Ayudaremos a las PYME a desarrollar tecnología punta. Y haremos que las regiones de Europa sean más resistentes, y recuperaremos su belleza natural.
Tercera fuerza: La cohesión es la salvaguarda del equilibrio social.
Tanto la transición ecológica como la digital solo funcionarán para las personas y las empresas cuando sean justas. No puedo insistir lo suficiente en este punto. Todos deben poder beneficiarse de esta transformación. Aquí, la política de cohesión hará lo que mejor sabe hacer. Porque sabemos que algunas regiones tienen un camino más largo que otras hacia un futuro con cero emisiones netas.
Por eso, con el Fondo de Transición Justa, estamos ayudando a esas regiones a alejarse de las industrias pesadas del carbono. Todos ustedes han oído hablar de nuestro Acuerdo Verde Europeo.
Detrás de todas sus propuestas hay una oportunidad para los empresarios locales. Las empresas locales ya han empezado a crear la nueva economía limpia que hará de Europa el continente de la innovación y el mejor lugar para vivir y trabajar. Y con el apoyo de los Fondos de Desarrollo Regional y del Plus Social nos aseguraremos de que nuestros ciudadanos tengan las capacidades necesarias para beneficiarse de ello. La cohesión hace posible la educación y la formación permanente para todos los ciudadanos europeos.
Y por último, el cuarto punto fuerte: La cohesión es un verdadero multiplicador.
Los estudios lo demuestran una y otra vez. Dos tercios de los fondos de cohesión se destinan a las regiones menos desarrolladas de Europa. Y los rendimientos son casi tres veces superiores a las inversiones iniciales. Es una tasa de rendimiento que ningún banco ni ninguna cartera de acciones puede ofrecer.
Esto demuestra la verdad simple e intemporal de la política de cohesión. Cuando a las regiones menos desarrolladas les vaya mejor, a todos nos irá mejor.
Y por eso la política de cohesión es un ingrediente tan vital de nuestro singular mercado único. Da poder a las regiones, los motores silenciosos del crecimiento de Europa. La cohesión es un verdadero éxito europeo.
Pero aún queda trabajo por hacer. Y todos lo sabemos.
Permítanme hacer dos breves propuestas.
La primera: ¡Actuar a nivel local! Los actores locales, los alcaldes y los administradores regionales, son los que mejor conocen las necesidades de los ciudadanos sobre el terreno. Por eso debemos situarlos aún más en el centro de nuestra toma de decisiones e implicarlos en cada paso, desde la elaboración de los planes regionales y nacionales, hasta su aplicación sobre el terreno. Los actores locales deben pensar dónde quieren que esté su región dentro de diez años. Y construir su propio plan hacia ese futuro.
Esto enlaza con mi segundo mensaje: ¡Acelerar! Porque en este momento hay un retraso importante en la programación de la cohesión. El dinero del nuevo presupuesto europeo debería estar ya destinado a los proyectos, pero todavía faltan los planes regionales. Esto se debe a la pandemia, por supuesto. Pero no obstante: tenemos que ponernos al día.
Por eso pido a todos los gobiernos que aceleren su programación para acelerar la utilización de los nuevos fondos de cohesión.
Les pido que dediquen todos sus esfuerzos y recursos a poner en marcha los proyectos. Y mi Comisión ayudará con asistencia técnica cuando sea necesario.
Porque queremos que todas las regiones de Europa salgan fortalecidas de la pandemia, más verdes, más digitales y más resistentes. Y queremos que esto ocurra lo antes posible.
Aquí es donde entra en juego NextGenerationEU, nuestro programa de recuperación de 800.000 millones de euros. La política de cohesión y la NextGenerationEU pueden complementarse mutuamente. Como en Valencia, en España, donde hay un instituto de investigación biomédica que tiene la capacidad de hacer secuencias genéticas. Esto nos ayuda a controlar la aparición de nuevas variantes y a ir un paso por delante del virus.
Los fondos de cohesión ayudaron al laboratorio a multiplicar por siete su capacidad de análisis. Y NextGenerationEU ayuda a España a digitalizar todo su sector sanitario. Ambas reformas encajan a la perfección. Y necesitamos más de esto.
Señoras y señores,
la política de cohesión rara vez crea grandes titulares. Pero simplemente no hay mejor ejemplo de lo que yo llamo «la fuerza silenciosa de nuestra Unión». La promesa de que todos disfrutemos de los frutos que se derivan de la paz y el progreso. Que ninguna región o comunidad se quede atrás. Porque invertimos juntos en nuestro futuro. Esto hace que nuestras ciudades y regiones prosperen.
La política de cohesión es el instrumento elegido por todas las regiones para aprovechar los beneficios de nuestro nuevo modelo de crecimiento europeo. Porque en Europa tiramos unos de otros. Esta es nuestra fuerza. Este es el camino europeo. Y no puedo terminar aquí sin dar las gracias a quienes hacen todo esto posible, las autoridades locales y regionales -asociaciones de ciudades y alcaldes, pequeñas empresas y ONG- de toda nuestra Unión. Su trabajo tiene un impacto positivo directo en la vida cotidiana de los ciudadanos europeos.
Vosotros hacéis que los fondos europeos cuenten en ciudades y pueblos, en toda nuestra Unión.
Gracias.
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