La despiadada invasión rusa de Ucrania continúa. Los civiles son atacados sin descanso, incluso en escuelas, edificios de apartamentos y hospitales. Y a pesar de las repetidas ofertas de la parte ucraniana, Rusia no ha mostrado ninguna voluntad de entablar seriamente negociaciones para una solución diplomática. En su lugar, todo lo que escuchamos son nuevas mentiras y falsas acusaciones. Y, cínicamente, los corredores humanitarios siguen sin abrirse o son bombardeados por las fuerzas rusas poco después de ser anunciados.
Así que hoy, nosotros, la UE y nuestros socios del G7, seguimos trabajando al unísono para aumentar la presión económica contra el Kremlin. Las tres amplias oleadas de sanciones que hemos adoptado, así como la ampliación de su alcance esta semana, han golpeado muy duramente la economía de Rusia. El rublo se ha desplomado. Muchos de los principales bancos rusos están aislados del sistema bancario internacional. Las empresas están abandonando el país, una tras otra, al no querer que sus marcas se asocien con un régimen asesino. Mañana adoptaremos un cuarto paquete de medidas para aislar aún más a Rusia y drenar los recursos que utiliza para financiar esta guerra bárbara.
En primer lugar, negaremos a Rusia el estatus de nación más favorecida en nuestros mercados. Esto revocará importantes beneficios de los que disfruta Rusia como miembro de la OMC. Las empresas rusas dejarán de recibir un trato privilegiado en nuestras economías. También trabajaremos para suspender los derechos de Rusia como miembro de las principales instituciones financieras multilaterales, incluidos el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Nos aseguraremos de que Rusia no pueda obtener financiación, préstamos o cualquier otro beneficio de estas instituciones. Porque Rusia no puede violar groseramente el derecho internacional y, al mismo tiempo, esperar beneficiarse de los privilegios de formar parte del orden económico internacional.
En segundo lugar, seguiremos presionando a las élites rusas cercanas a Putin, así como a sus familiares y facilitadores. Por ello, los ministros de Finanzas, Justicia e Interior del G7 se reunirán la próxima semana para coordinar el grupo de trabajo que hemos creado contra los compinches de Putin.
En tercer lugar, nos estamos asegurando de que el Estado ruso y sus élites no puedan utilizar criptoactivos para eludir las sanciones. Impediremos que el grupo cercano a Putin y los arquitectos de su guerra utilicen estos activos para aumentar y transferir su riqueza.
En cuarto lugar, prohibiremos la exportación de cualquier artículo de lujo de la UE desde nuestros países a Rusia, como un golpe directo a la élite rusa. Aquellos que sostienen la maquinaria de guerra de Putin no deberían poder seguir disfrutando de su lujoso estilo de vida mientras las bombas caen sobre personas inocentes en Ucrania.
En quinto lugar, y muy importante, prohibiremos la importación de productos clave del sector del hierro y el acero desde la Federación Rusa. Esto afectará a un sector central del sistema ruso, le privará de miles de millones de ingresos por exportaciones y garantizará que nuestros ciudadanos no subvencionen la guerra de Putin.
Por último, propondremos una gran prohibición de nuevas inversiones europeas en el sector energético de Rusia. Porque no debemos alimentar la dependencia energética que queremos dejar atrás. Esta prohibición abarcará todas las inversiones, las transferencias de tecnología, los servicios financieros, etcétera, para la exploración y la producción de energía, y tendrá así un gran impacto sobre Putin.
La UE está firmemente con el valiente pueblo de Ucrania. Por eso, esta misma mañana hemos desembolsado 300 millones de euros en ayuda macrofinanciera de emergencia para apoyar las finanzas de Ucrania. Este es el primer tramo de nuestro paquete de ayuda financiera de 1.200 millones de euros. Le seguirán más. Esta crisis no tiene precedentes. Y también lo es la unidad y la rapidez de reacción que nuestras democracias han mostrado hasta ahora. Me han oído decir esto antes y lo repito firmemente: Ucrania prevalecerá.
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