La Comisión ha presentado a los Estados miembros directrices sobre las medidas de gestión de las fronteras relacionadas con la salud en el contexto de la emergencia de COVID-19.
El objetivo es proteger la salud de los ciudadanos, garantizar el tratamiento correcto de las personas que tienen que viajar y asegurarse de que los bienes y servicios esenciales siguen estando disponibles.
El Presidente von der Leyen dijo:
«Nuestras medidas para contener el brote de Coronavirus sólo serán efectivas si nos coordinamos a nivel europeo. Tenemos que tomar medidas excepcionales para proteger la salud de nuestros ciudadanos. Pero asegurémonos de que los bienes y servicios esenciales continúen fluyendo en nuestro mercado interno. Es la única manera de evitar la escasez de equipos médicos o alimentos».
En las directrices se establecen los principios de un enfoque integrado para una gestión eficaz de las fronteras a fin de proteger la salud y, al mismo tiempo, preservar la integridad del mercado interno.
Protección de la salud de las personas
Las personas identificadas como en riesgo de propagación de COVID-19 deben tener acceso a una atención sanitaria adecuada, ya sea en el país de llegada o en el de salida, y esto debe ser coordinado entre ambos.
Es posible someter a todas las personas que entran en el territorio nacional a controles sanitarios sin necesidad de introducir oficialmente controles en las fronteras internas. La diferencia entre los controles sanitarios normales y los controles fronterizos es la posibilidad de denegar la entrada a personas concretas. No se debe negar la entrada a las personas enfermas, sino darles acceso a la atención médica.
Los Estados miembros pueden restablecer los controles en las fronteras interiores por razones de orden público, que en situaciones extremadamente críticas pueden incluir la salud pública. Estos controles fronterizos deberían organizarse para evitar la aparición de grandes concentraciones, que podrían aumentar la propagación del virus.
Los Estados miembros deben admitir siempre a sus propios ciudadanos y residentes, y deben facilitar el tránsito de otros ciudadanos y residentes de la UE que regresen a su país. No obstante, pueden adoptar medidas como la de exigir un período de autoaislamiento, si imponen los mismos requisitos a sus propios nacionales.
Los Estados Miembros deberían facilitar el cruce de trabajadores fronterizos, en particular, pero no sólo, los que trabajan en el sector de la atención de la salud y la alimentación, y otros servicios esenciales (por ejemplo, cuidado de niños, cuidado de ancianos, personal crítico de servicios públicos).
Asegurar bienes y servicios esenciales
La libre circulación de mercancías es crucial para mantener la disponibilidad de las mismas. Esto es particularmente crucial para los bienes esenciales, como los suministros de alimentos, incluido el ganado, y el equipo y los suministros médicos y de protección vitales. En términos más generales, las medidas de control no deben causar una grave perturbación de las cadenas de suministro, los servicios esenciales de interés general y de las economías nacionales y la economía de la UE en su conjunto. Los Estados Miembros deberían designar vías prioritarias para el transporte de mercancías.
No deberían imponerse certificaciones adicionales a las mercancías que circulan legalmente en el mercado único de la Unión Europea. Según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, no hay pruebas de que los alimentos sean una fuente o una fuente de transmisión de COVID-19.
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