La pandemia mundial de este año ha expuesto como nunca antes la necesidad urgente de revolucionar la formación de los maestros. Los centros educativos y las escuelas de formación profesional se cerraron en todo el mundo lo que obligó a cambiar repentinamente a la enseñanza a distancia.
Aquellos países que ya habían comenzado a invertir de manera significativa en la educación a distancia y mixta (en la que se combina la enseñanza a distancia por medios digitales con la formación presencial siempre y cuando sea posible) estaban en mejores condiciones para hacer frente al repentino viraje fuera del aula, según Julian Stanley, experto de la Fundación Europea de Formación en enseñanza y formación de profesores.
«Hemos realizado un estudio internacional de alto nivel sobre los docentes, sus opiniones y sus condiciones de trabajo, llamado ‘Listening to Teachers'», dijo el Sr. Stanley.
El estudio, que forma parte de un proyecto piloto de dos años de duración con docentes de países como Argelia, Túnez, Albania, Macedonia del Norte, Serbia, Montenegro, Belarús y Turquía, tiene por objeto proporcionar a los responsables políticos, las autoridades y las escuelas de formación profesional una mejor comprensión de las necesidades de formación y apoyo profesional que necesitan hoy en día los docentes y los formadores.
También se ha elaborado un plan de apoyo a los maestros y a quienes participan en la política de formación de docentes para que comprendan mejor la forma en que se puede prestar apoyo a los maestros mediante redes y el aprendizaje entre pares en una época de cambios bruscos en las exigencias a que se enfrenta la profesión.
«Hemos abordado cuestiones como la forma de realizar la formación de docentes a distancia, el bienestar de los docentes, la apertura y el cierre de escuelas durante los confinamientos- una serie de cosas para saber dónde se encuentran ahora los docentes y para explorar a través de seminarios web internacionales los diferentes enfoques y prácticas».
«La pandemia ha demostrado claramente que el antiguo modelo de formación inicial de los docentes – algo que se considera que da una destreza para toda la vida – es inadecuado para las necesidades actuales», añade el Sr. Stanley.
«Hemos aprendido que el apoyo de los maestros es enormemente importante – no sólo para su formación, sino en su capacidad de apoyarse mutuamente».
En resumen, es probable que el futuro de la enseñanza sea mucho más combinado y flexible que antes de la pandemia, con habilidades prácticas enseñadas cara a cara cuando sea posible y una formación práctica basada en la teoría o el vídeo utilizada con flexibilidad cuando sea necesario.
Deja una respuesta