El Parlamento Europeo plantea la reforma de la tarjeta azul europea, que servirá para facilitar el empleo en Europa de nacionales de terceros países muy cualificados.
En mayo pasado los negociadores del PE y el Consejo acordaron la revisión de la directiva vigente, que data de 2009, para hacer más fácil a los empresarios de la UE la contratación de inmigrantes con elevada formación y/o experiencia profesional. Propuesta por la Comisión en 2016, esta es la única modificación legislativa en el área de la migración legal de los últimos años.
La nueva norma que regula las condiciones de entrada y residencia prevé criterios más flexibles, incluido un umbral más bajo para el salario mínimo que han de percibir los solicitantes de una «tarjeta azul». También amplía los derechos de los beneficiarios, con reglas de movilidad dentro de la UE más sencillas y procedimientos de reunificación familiar más rápidos.
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Criterios de admisión más flexibles: bastará un contrato u oferta de trabajo para seis meses
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Umbral salarial más bajo: los solicitantes deberán ganar como mínimo el equivalente al sueldo medio bruto en el país
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Más facilidades para trasladarse a otro Estado miembro y para la reunificación familiar
El PE respaldó el miércoles la reforma de la tarjeta azul europea para facilitar la contratación de nacionales de terceros países cualificados, profesionales que escasean en sectores clave.
La directiva actual, vigente desde 2009, fija las condiciones de entrada y residencia que los nacionales de terceros países deben cumplir para acceder a un puesto de elevada cualificación en la UE. Sin embargo, el sistema no ha servido para atraer muchos de estos trabajadores y sólo se han emitido unas decenas de miles de tarjetas azules cada año (con Alemania concediendo la gran mayoría).
Criterios menos estrictos para los trabajadores y las empresas
En virtud de las nuevas reglas, los solicitantes tendrán que presentar un contrato de trabajo, o una oferta en firme, para un mínimo de seis meses, así como pruebas de elevada cualificación o capacitación profesional. Ahora el contrato o la oferta de empleo debían cubrir doce meses. El salario a percibir deberá estar entre el salario medio bruto en el país y el 160% de esa cifra (frente a un mínimo del 150% actual, sin límite superior).
Los beneficiarios de protección internacional, como los refugiados, podrán pedir una tarjeta azul en un Estado miembro diferente al que les concedió asilo u otro tipo de protección.
En algunos casos, como en el sector de las tecnologías de la información y la comunicación, la cualificación podrá acreditarse con evidencia de experiencia profesional.
Más derechos para los beneficiarios y sus familias
Los titulares de la tarjeta azul podrán trasladarse a otro Estado miembro tras doce meses en el país que les concedió el permiso. También podrán acceder a procedimientos de reunificación más rápidos y sus familiares tendrán acceso al mercado laboral.
Declaración del ponente
Tras la votación en el pleno, el ponente Javier MORENO SÁNCHEZ (S&D, España) señaló: «Debemos hacer lo posible para mejorar la migración legal a Europa y, sobre todo, facilitar la llegada de trabajadores cualificados que contribuyan al desarrollo del continente. Un sistema más atractivo y viable representa auténtico valor añadido respecto a los mecanismos nacionales. En el futuro, queremos ir más lejos para que también trabajadores en empleos con salarios medios y bajos puedan aportar a nuestra sociedad igual que los titulares de la tarjeta azul».
Próximos pasos
El acuerdo informal con el Consejo fue respaldado por 556 eurodiputados, 105 votaron en contra y 31 se abstuvieron. Ahora debe ser aprobado por el Consejo y publicado en el Diario Oficial antes de entrar en vigor. Los Estados miembros tendrán dos años para alinear su legislación nacional con la directiva
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