Las organizaciones de la sociedad civil de toda la UE prestan servicios, participan en las comunidades, sensibilizan, defienden a los demás y piden cuentas a las autoridades. Pero se enfrentan a amenazas, ataques, recortes de financiación y restricciones desproporcionadas. Estos son sólo algunos de los retos a los que se enfrentan las organizaciones de la sociedad civil de derechos humanos en algunas partes de la UE, cuyas condiciones de trabajo han empeorado con la pandemia de coronavirus según un nuevo informe de la Agencia de Derechos Fundamentales de la UE (FRA). La FRA hace un llamamiento a los responsables políticos para que fomenten un entorno de trabajo más propicio para la sociedad civil, contribuyendo a la realización de todos los derechos humanos para todos.
«Una sociedad civil fuerte y sana es el alma de nuestras democracias. Sin embargo, en algunos países, las organizaciones de la sociedad civil están sometidas a una gran presión», dijo el director de la FRA, Michael O’Flaherty. «Aunque hay algunos brotes verdes de esperanza, la UE y los países de la UE necesitan apoyar a las organizaciones de la sociedad civil en todas partes, para que puedan cumplir su papel vital y defender nuestros derechos fundamentales».
El informe de la FRA «Protección del espacio cívico en la UE» arroja luz sobre los retos a los que se enfrenta la sociedad civil en toda la UE. Una consulta en línea con más de 400 organizaciones de la sociedad civil de derechos humanos realizada para el informe revela:
- Peores condiciones – más de la mitad de las organizaciones de la sociedad civil (57%) dicen que las condiciones para su trabajo se deterioraron en 2020;
- Amenazas y ataques – el 40% recibió amenazas verbales en línea, un tercio (33%) denunció campañas de desprestigio contra su organización y el 10% experimentó acoso legal;
- Libertad limitada – muchos denuncian dificultades para ejercer sus derechos a la libertad de reunión (29%), a la libertad de expresión (25%) y a la libertad de asociación (18%);
- Falta de financiación: más de la mitad (60%) tiene dificultades para encontrar financiación para su trabajo;
- Participación limitada: casi la mitad (46%) carece de información adecuada para participar en la toma de decisiones y en las consultas públicas.
Sin embargo, el informe también destaca avances positivos y prácticas prometedoras. Entre ellas, el reconocimiento público por parte de las autoridades de la importancia del trabajo de la sociedad civil, la plena participación de ésta en la elaboración de políticas o la reducción de la burocracia para el registro de las ONG.
Basándose en estos ejemplos positivos, la FRA anima a la UE y a los países de la UE a:
- Supervisar la evolución de la situación: seguir de cerca los retos de la sociedad civil y encontrar formas de responder rápidamente para contrarrestar las restricciones;
- Salvaguardar los derechos – garantizar que la UE y las leyes nacionales refuerzan el derecho a la libertad de expresión, reunión y asociación;
- Proporcionar financiación – abordar las necesidades de la sociedad civil en la financiación de la UE y eliminar los obstáculos a la financiación;
Fomentar el diálogo: apoyar un diálogo abierto, transparente y regular entre los responsables políticos y la sociedad civil a nivel de la UE, nacional y local;
Proteger a la sociedad civil: garantizar una protección eficaz contra los ataques y el acoso administrativo.
Este informe se basa en las pruebas recogidas por la red de investigación de la Agencia en 2020, en dos consultas en línea con organizaciones de la sociedad civil y en la investigación documental. Se basa en el informe de 2018 de la FRA sobre los retos de la sociedad civil.
Citas seleccionadas de los encuestados en la consulta de FRA en 2020:
«La sociedad civil es más esencial que nunca (…) sin embargo, estamos bajo presión por todos lados (…) Es insostenible y crea situaciones de agotamiento sin precedentes para las personas que trabajan incansablemente por el cambio social, no por el beneficio.»
«No nos hemos enfrentado a desafíos en los tribunales, pero hemos tenido que preguntarnos cómo hablar y abordar las leyes de emergencia de COVID (…) sin miedo a las consecuencias negativas sobre nuestros expertos.»
«Hemos denunciado a la policía varios incidentes de incitación al odio y amenazas de muerte. A día de hoy, no hemos sabido nada más sobre procedimientos contra estos individuos.»
«Como resultado de la presión externa y de las campañas negativas contra nuestra organización, hemos dejado de prestar uno de los servicios para niños que habíamos proporcionado durante los últimos 10 años.»
Más información:
Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (FRA)
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