Según un informe publicado por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), la exposición a la contaminación atmosférica, al humo de tabaco conocido como de segunda mando (es decir, ajeno), al radón, a la radiación ultravioleta, al amianto, a determinadas sustancias químicas y a otros contaminantes causa más del 10 % de todos los casos de cáncer en Europa. La buena noticia es que estos riesgos se pueden prevenir.
Los contaminantes en el medio ambiente y en el lugar de trabajo, así como algunos riesgos naturales, tienen grandes repercusiones en nuestra salud que, en algunos casos, desembocan en cáncer, según el informe publicado en inglés en la página web de la AEMA «Beating cancer — the role of Europe’s environment» (Combatir el cáncer, el papel del medio ambiente europeo). Con casi 3 millones de pacientes nuevos y 1,3 millones de muertes cada año en toda la Unión Europea, el cáncer causa graves perjuicios en nuestra sociedad, también en cuanto a los costes económicos, que se han estimado en alrededor de 178 000 millones de euros solo en 2018.
Según el estudio de la AEMA, la mayoría de estos riesgos ambientales y laborales relacionados con el cáncer pueden reducirse evitando la contaminación y modificando nuestros propios comportamientos. La reducción de la exposición a estos riesgos permite reducir de forma eficaz y rentable los casos de cáncer y las muertes asociadas.
La AEMA investigó por primera vez los vínculos entre el cáncer y el medio ambiente, y examinó los últimos datos científicos sobre contaminación atmosférica, radón, radiación ultravioleta, humo de tabaco de segunda mano y sustancias químicas. El informe estima que los riesgos ambientales y laborales son responsables de cerca del 10 % de los casos de cáncer en Europa.
Virginijus Sinkevičius, comisario europeo de Medio Ambiente, Pesca y Océanos, afirmó lo siguiente: «Hay demasiados casos de cáncer que tienen una causa ambiental subyacente, como destaca el informe de la AEMA. La buena noticia es que podemos actuar ahora para reducir la contaminación y prevenir estas muertes. Gracias al objetivo de contaminación cero contemplado en el Pacto Verde Europeo, podemos obtener beneficios costo-efectivos en la prevención del cáncer mediante la reducción de la exposición a contaminantes nocivos. Lo mejor para el medio ambiente es también lo mejor para nosotros».
En palabras de Stella Kyriakides, comisaria de Salud y Seguridad Alimentaria de la UE: «Se calcula que cada año se pierden en Europa más de un cuarto de millón de vidas a causa del cáncer relacionado con el medio ambiente. Siempre es mejor prevenir que curar y, como parte del Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer, hemos asumido un firme compromiso de reducir los contaminantes en el agua, el suelo y el aire. Esta semana hemos presentado una propuesta histórica en el marco de nuestra Estrategia ‘‘De la Granja a la Mesa’’ para reducir el uso de plaguicidas en un 50 % de aquí a 2030. Las conclusiones de la Agencia Europea de Medio Ambiente muestran muy claramente la estrecha interrelación que existe entre la salud de nuestro planeta y la salud de nuestros ciudadanos. Tenemos que trabajar con la naturaleza, no contra ella».
Hans Bruyninckx director ejecutivo de la AEMA, añadió: «Somos testigos del impacto que tiene la contaminación de nuestro medio ambiente en la salud y la calidad de vida de los ciudadanos europeos y, por eso, la prevención de la contaminación es tan crucial para nuestro bienestar. La reducción de la contaminación a través del Plan de Acción ‘‘Contaminación cero’’ de la UE y la Estrategia de Sostenibilidad para las Sustancias Químicas, así como la aplicación rigurosa de otras políticas existentes de la UE, contribuiría en gran medida a reducir los casos de cáncer y las muertes asociadas. Sería una inversión eficaz en el bienestar de nuestros ciudadanos».
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Riesgos ambientales
La contaminación atmosférica (tanto interior como exterior) está relacionada con alrededor del 1 % de todos los casos de cáncer en Europa y causa aproximadamente el 2 % de todas las muertes por cáncer. Si consideramos solo el caso del cáncer de pulmón, esta cifra aumenta hasta el 9 % de las muertes. En estudios recientes se han detectado relaciones entre la exposición prolongada a las partículas en suspensión, un contaminante fundamental de la atmósfera, y la leucemia en adultos y niños.
El radón y la radiación ultravioleta también contribuyen significativamente a la incidencia del cáncer en Europa. La exposición al radón en recintos cerrados se asocia a hasta el 2 % de todos los casos de cáncer y a uno de cada diez casos de cáncer de pulmón en Europa, mientras que la radiación ultravioleta natural puede ser responsable de hasta el 4 % de todos los casos de cáncer en Europa. En concreto, la incidencia del melanoma, una forma grave de cáncer de piel, ha aumentado en Europa durante los últimos decenios.
La exposición al humo de tabaco de segunda mano puede incrementar el riesgo global de todos los cánceres hasta en un 16 % en personas que nunca han sido fumadoras. En torno al 31 % de los europeos están expuestos al humo de tabaco ajeno en el hogar, el trabajo, durante el ocio, en instituciones educativas o en entornos públicos.
Determinadas sustancias químicas utilizadas en los lugares de trabajo europeos y liberadas al medio ambiente son carcinógenas y contribuyen a causar cáncer. Además, se sabe o se sospecha que algunas de estas sustancias químicas pueden inducir cáncer en varios órganos: entre estas sustancias se encuentran el plomo, el arsénico, el cromo, el cadmio, la acrilamida, los plaguicidas, el bisfenol A y las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS).
Todas las formas de amianto son carcinógenos bien conocidos, asociados al mesotelioma y al cáncer de pulmón, así como al cáncer de laringe y ovario. Aunque la UE prohibió el amianto en 2005, sigue presente en edificios e infraestructuras, causando la exposición al mismo de los trabajadores que realizan tareas de renovación y demolición. Además, los cánceres se manifiestan también muchos años después de la exposición, y se calcula que el amianto representa entre el 55 y el 88 % de todos los casos de cáncer de pulmón de origen profesional.
Acción de la UE contra el cáncer y la contaminación
El Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer reconoce el papel de los riesgos ambientales y laborales en el aumento de los casos de cáncer, así como el potencial de salvar vidas a través de estrategias de prevención eficaces. En consonancia con este objetivo, el Plan de Acción «Contaminación cero» pretende, mediante la disminución de la contaminación del aire y del agua, reducir la exposición humana a la contaminación ambiental y su repercusión en la salud, incluida la incidencia de cáncer ambiental y laboral.
La UE ya ha adoptado medidas estrictas en materia de contaminación atmosférica, en virtud de la Directiva relativa a los compromisos nacionales de reducción de las emisiones y las Directivas relativas a la calidad del aire ambiente, por las que se establecen normas de calidad del aire para Europa. La Comisión Europea ha iniciado una revisión de las Directivas sobre la calidad del aire ambiente con el objetivo, entre otras cosas, de armonizar las normas de calidad del aire con las últimas directrices sobre la calidad del aire de la Organización Mundial de la Salud.
La Estrategia de Sostenibilidad para las Sustancias Químicas tiene por objeto prohibir las sustancias químicas más nocivas en los productos, en particular las que causan cáncer, y promover el uso de sustancias químicas seguras y sostenibles desde el diseño.
En relación con el radón, la Directiva sobre normas de seguridad básicas ha introducido requisitos jurídicamente vinculantes para la protección frente a la exposición a fuentes naturales de radiación. Exige a los Estados miembros de la UE que establezcan planes nacionales de acción relativos al radón. Otras acciones de la UE son la coordinación de las iniciativas europeas destinadas a combatir el humo de tabaco ajeno y la sensibilización sobre los peligros de la radiación ultravioleta.
Acciones de la UE para reducir las emisiones de aviones y barcos |
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