Full implementation of the law is crucial to restore the EU’s biodiversity and stop further biodiversity loss, to reach climate neutrality by 2050 and adapt to climate change, and to enhance food security for EU citizens. In doing so, the law will support the achievement of other European ambitions, such as water security.
It is also a key instrument to help the EU and its Member States meet international biodiversity commitments under the Kunming-Montreal Global Biodiversity Framework.
The law sets in motion a process for continuous and sustained recovery of nature across the EU’s land and sea while supporting more sustainable economic development and agricultural production and working hand in hand with the development of renewable energy.
As an overall target to be reached at the EU level, Member States will put in place restoration measures in at least 20% of the EU’s land areas and 20% of its sea areas by 2030. By 2050, such measures should be in place for all ecosystems that need restoration.
The law includes requirements to put in place restoration measures to achieve the good condition of key habitat types and habitats of species on land and at sea. It also requires maintaining urban green space and urban tree canopy cover and increasing this after 2030.
It will help achieve, by 2030, the objective of restoring at least 25,000 km of rivers into free-flowing rivers. In addition, it will contribute to reversing the decline of pollinator populations and improving their diversity, enhance biodiversity in agricultural ecosystems and the biodiversity of forest ecosystems, and contribute to the commitment to plant at least three billion additional trees by 2030 at the EU level.
Planes nacionales de restauración
Los distintos objetivos de restauración se aplican a ecosistemas diferentes y los Estados miembros decidirán las medidas específicas que pondrán en marcha en sus territorios.Para ello, cada Estado miembro elaborará un plan nacional de restauración en el que se expondrán las necesidades y medidas de restauración para cumplir las obligaciones y alcanzar los objetivos de la ley adaptados al contexto nacional y teniendo en cuenta la diversidad de las distintas regiones.
Los planes nacionales de restauración deben incluir un calendario de ejecución, los recursos financieros necesarios y los medios de financiación previstos, así como los beneficios esperados, especialmente para la adaptación al cambio climático y la mitigación de sus efectos. Los Estados miembros deben identificar sinergias con otras políticas, como la mitigación del cambio climático y la adaptación al mismo, la degradación del suelo, la prevención de catástrofes, la agricultura, la pesca, la silvicultura y el desarrollo de energías renovables.
Los Estados miembros deben presentar un proyecto de plan a la Comisión en un plazo de dos años a partir de la fecha de entrada en vigor, estableciendo hitos para 2030, 2040 y 2050. Estos planes deben elaborarse de forma abierta y transparente, permitiendo que el público y todas las partes interesadas participen en el proceso. La Comisión apoyará a las autoridades nacionales en la creación de estos planes.
La Comisión evaluará los proyectos de planes y podrá formular observaciones que los Estados miembros deberán tener en cuenta en sus planes definitivos. En un plazo de seis meses a partir de la recepción de las observaciones, cada Estado miembro debe finalizar su plan, publicarlo y presentarlo a la Comisión. La Agencia Europea de Medio Ambiente elaborará informes técnicos periódicos sobre los avances hacia los objetivos. Los Estados miembros deben revisar sus planes en 2032 y 2042 a más tardar.
Los Estados miembros pueden movilizar los fondos necesarios de fuentes públicas y privadas, incluidos los fondos de la UE. Pueden recurrir a diversas posibilidades de financiación de la UE, como los fondos de la Política Agrícola Común, los fondos regionales, el Programa LIFE, Horizonte Europa (el fondo de investigación de la UE) y el Fondo Europeo Marítimo, de Pesca y Acuicultura.
Objetivos y obligaciones específicos
Para cumplir los objetivos de restauración de la naturaleza a escala de la UE, el Reglamento fija objetivos de restauración cuantificados y sujetos a plazos para los hábitats incluidos en el anexo I de la Directiva de Hábitats (incluidos hábitats forestales, turberas, praderas, ríos y lagos), así como objetivos para los hábitats de especies protegidas en virtud de las Directivas de Hábitats y de Aves, y objetivos de restauración para los hábitats marinos esenciales contemplados en las Directivas de Naturaleza y en la Directiva Marco sobre la Estrategia Marina.
Más allá de los hábitats cubiertos por la legislación vigente, para garantizar la prestación continuada de servicios ecosistémicos a los ciudadanos europeos, la ley exige a los Estados miembros
- detener la pérdida de zonas verdes urbanas y aumentar los espacios verdes urbanos y la cubierta arbórea urbana
- restablecer la conectividad natural de los ríos y las funciones naturales de las llanuras aluviales conexas
- detener e invertir el declive de los polinizadores
- restaurar y rehumedecer las turberas de uso agrícola
- Establecer medidas para aumentar las poblaciones de aves de granja y lograr una tendencia positiva en otros indicadores clave de biodiversidad en los ecosistemas agrícolas.
- lograr una tendencia positiva en una serie de indicadores de biodiversidad en los ecosistemas forestales
- contribuir al compromiso de la UE de plantar al menos 3.000 millones de árboles más de aquí a 2030
Background
El coste económico de la degradación de la naturaleza es muy alto. Cada euro gastado en restauración puede suponer un retorno de la inversión de más de 8 euros, dependiendo del ecosistema. Sólo unos ecosistemas sanos y productivos pueden proporcionar los numerosos servicios de los que todos dependemos, incluida la resistencia al cambio climático y a las catástrofes naturales, como sequías e inundaciones, así como la seguridad alimentaria a largo plazo.
Más de la mitad del PIB mundial depende de la naturaleza y sus servicios. El Banco Central Europeo descubrió que en la zona euro, alrededor de 3 millones de empresas (lo que supone el 72% de las empresas de la zona euro) dependen en gran medida de al menos un servicio ecosistémico para producir sus bienes o prestar sus servicios. Una grave pérdida de funcionalidad de estos ecosistemas causaría problemas críticos a estas empresas y a la economía europea.
La bioeconomía también depende de la naturaleza para sus recursos. Restaurar y mantener la biodiversidad en los ecosistemas agrícolas, marinos, forestales y de otro tipo es económicamente rentable y proporciona una producción más resistente y estable de productos agrícolas y pesqueros, así como madera y otros materiales para la bioeconomía.
A pesar de los esfuerzos de la UE e internacionales, la pérdida de biodiversidad y la degradación de los ecosistemas continúan a un ritmo alarmante, perjudicando a las personas, la economía, la naturaleza y el clima. En la actualidad, más del 80% de las evaluaciones del estado de conservación de los tipos de hábitats europeos se encuentran en estado deficiente o malo, y muchos de ellos siguen deteriorándose. Los esfuerzos realizados en el pasado para proteger y conservar la naturaleza no han logrado invertir esta preocupante tendencia.
Informes emblemáticos como el de 2018 de la Agencia Europea de Medio Ambiente sobre el estado de la naturaleza en la UE o los trabajos de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) muestran que los ecosistemas europeos están sometidos a una presión cada vez mayor, especialmente por el uso del suelo y los cambios de uso del suelo, y sufren el cambio climático y otras amenazas como la contaminación por nutrientes debida al uso excesivo de fertilizantes e insumos químicos.
La ley es un elemento clave del Pacto Verde Europeo y de la Estrategia de Biodiversidad de la UE y se basa en la legislación medioambiental de la UE ya existente.
Fuente: Comisión Europea
Deja una respuesta