La Presidenta del Parlamento Europeo hizo la siguiente declaración en el Consejo Europeo del jueves 24 de febrero de 2022.
«Estimado Presidente del Consejo Europeo,
Estimada Presidenta de la Comisión Europea,
Queridos Presidentes y Primeros Ministros,
Queridos amigos,
Las escenas en Ucrania son difíciles de presenciar: mientras esperábamos y trabajábamos para promover un proceso de desescalada, nuestros temores y advertencias se han hecho trágicamente realidad esta mañana. El Presidente Putin ha desatado la guerra en Europa.
Esto es indignante. Las ciudades, las regiones y las capitales de las naciones independientes no están ahí para ser tomadas. Esto es del mundo del doloroso pasado. No debe volver nunca.
Los líderes políticos del Parlamento Europeo han sido claros esta mañana y el martes celebraremos una sesión plenaria extraordinaria sobre la situación. Estamos juntos en nuestra condena y nuestra solidaridad.
La invasión rusa en Ucrania forma parte del programa de desestabilización del Presidente Putin. Es un camino que llevará al Kremlin a una confrontación directa con Europa y con el orden mundial basado en normas. Es un camino que enfrenta al autoritarismo con la democracia. Es un camino que no podemos permitir que recorra sin oposición.
Ucrania es un país que abrazó la democracia y la libertad, que creyó que podía forjarse un camino. Mirando alrededor de la mesa, puedo ver a los líderes de los Estados miembros cuyas poblaciones creían lo mismo. No podemos dejar sola a Ucrania. Por su bien y por el nuestro. Debemos mostrar una verdadera solidaridad con el pueblo de Ucrania, que hoy se ha despertado con su peor pesadilla.
También debemos mostrar nuestra solidaridad con las personas que huyen y con los vecinos inmediatos de la UE que se enfrentan a retos humanitarios y de seguridad. Sé que muchos de ustedes ya han puesto en marcha medidas proactivas, y pueden contar con el apoyo del Parlamento Europeo.
La Unión Europea ha demostrado estar unida y decidida. Hemos hablado con una sola voz cuando más importaba. Este debe ser el mensaje que salga de aquí esta noche: que actuaremos al unísono, que tenemos la voluntad política y la capacidad estratégica para hacer frente a esta amenaza. Que estamos con Ucrania.
Reconocemos la perspectiva europea de Ucrania. Ya tenemos un acuerdo de asociación y un acuerdo de libre comercio, y una cooperación muy estrecha con Ucrania en muchos ámbitos, incluido el de la seguridad energética. Esta es una conversación que debemos seguir manteniendo con nuestros amigos ucranianos.
Europa defiende un modo de vida que abraza la libertad y la democracia. Esta es nuestra fuerza.
No debemos permitir que nuestra determinación se vea diluida por una Rusia agresiva que impulsa un conjunto de valores muy diferentes a los nuestros. Que mira hacia atrás, hacia las esferas de influencia, en vez de hacia adelante, hacia los círculos de cooperación.
Si tenemos la tentación de acomodarnos, de dar un paso atrás, pronto nos enfrentaremos a otro ultimátum. ¿Y entonces qué?
Hoy nos enfrentamos a una amenaza que no es nuestra, que no hemos provocado, que no hemos invitado. Frente a esta agresión hemos demostrado que lo correcto es también lo sensato.
Es correcto y sensato mostrar solidaridad práctica con Ucrania, como hicimos con la ayuda de 1.200 millones de euros, como hemos hecho con nuestras declaraciones y nuestras acciones. El pueblo de Ucrania debe saber que estamos con él.
Es correcto y sensato mostrar a nuestros ciudadanos del Báltico y de los Estados vecinos que nuestros valores importan. Que estamos dispuestos a pagar un precio por ellos si es necesario. Debemos reafirmarlo sabiendo que los ojos de los ciudadanos de Moldavia, Bielorrusia y Georgia están puestos en nosotros.
Es correcto y sensato haber paralizado el proyecto Nordstream 2, e incluso ir más allá.
Y es correcto y sensato adoptar sanciones masivas, severas y sin precedentes contra Rusia. Necesitamos más y deben ser de mayor alcance, incluyendo la exclusión de Rusia del sistema SWIFT, sanciones individuales sin que nadie quede fuera de la mesa. Además, necesitamos el mismo compromiso para desarrollar una verdadera unión europea de seguridad y defensa.
Permítanme plantear brevemente dos cuestiones que no podemos ignorar.
Todos entendemos que la amenaza va más allá de lo inmediato y que hay implicaciones reales para nuestra seguridad energética. No podemos ignorar que tenemos Estados miembros que dependen totalmente del gas ruso. Tenemos que diversificar nuestras soluciones energéticas e invertir masivamente en Europa y en energías renovables.
Sembrar la duda, la inestabilidad y el miedo acompañan al aparato de guerra convencional del Kremlin. Esta guerra también se libra en Internet. La narrativa respaldada por Putin -una campaña coordinada de desinformación- se está extendiendo. Tenemos que hacer más para contrarrestar la tóxica reescritura de la historia. Permítanme asegurarles que el Parlamento Europeo y sus diputados están comprometidos a impulsar el mensaje de Europa
Por último, permítanme decir que el Kremlin lleva mucho tiempo pensando que puede comprar su entrada en Europa. Es hora de cerrar cualquier resquicio, de acabar con el peligroso fenómeno de los pasaportes dorados que proporcionan una puerta trasera a la ciudadanía europea y de garantizar que el dinero ruso no se convierta en algo tan crítico como el gas ruso.
A fin de cuentas, así es como conseguimos nuestra autonomía estratégica.
Gracias».
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