Resultados esperados
Se espera que los resultados de los proyectos contribuyan a algunos o todos los resultados siguientes:
- Mejora de la prevención, la detección y la investigación de la violencia doméstica y las agresiones sexuales, incluida la recopilación de pruebas delictivas a prueba de tribunales, que tengan en cuenta la dimensión multicultural europea, las normas jurídicas y éticas de funcionamiento, así como derechos fundamentales como la privacidad, la protección de los datos personales y el anonimato de las víctimas;
- Enfoques comunes europeos enriquecidos aplicados por las autoridades policiales para luchar contra la violencia doméstica y sexual, basándose en la sinergia de la tecnología, los últimos conocimientos socio-psicológicos aprendidos de los casos y la experiencia de campo de las autoridades policiales y las entidades que tratan con las víctimas;
- Soluciones novedosas, seguras, legales y eficaces aplicadas por los profesionales de la seguridad y los responsables políticos para proteger a las víctimas de la violencia doméstica o sexual, junto con una metodología de evaluación adecuada para validar el enfoque;
- Mayor concienciación de los ciudadanos respecto a la violencia doméstica y sexual;
- Mayor apoyo en la configuración y ajuste de la normativa sobre violencia doméstica y sobre violencia sexual por parte de los responsables de la política de seguridad, lo que incluye también herramientas informáticas conformes con el RGPD en los procedimientos;
- Mayor uso, por parte de las víctimas, de herramientas automatizadas e interactivas (por ejemplo, chatbots) para denunciar a la policía casos de abuso doméstico y/o violencia sexual;
- Mejora de las competencias, las herramientas y los programas de formación de las autoridades policiales y las organizaciones de la sociedad civil para prevenir y combatir la violencia doméstica y sexual;
- Identificación y desarrollo de nuevos conceptos, enfoques innovadores y prácticas pioneras relativas a las alternativas al encarcelamiento de los delincuentes para reducir la reincidencia y, por tanto, apoyar la lucha contra la delincuencia.
Alcance
La violencia doméstica sigue siendo un delito persistente en toda Europa. Sin embargo, la proporción de casos que se denuncian efectivamente a las autoridades policiales es muy baja. Una de las causas de esta falta de denuncia es la escasa protección que se ofrece a las víctimas, el miedo, la reticencia de los vecinos a intervenir informando a las Autoridades Policiales, el desconocimiento de a quién dirigirse, qué mecanismos existen, etc. Además de la violencia doméstica, las mujeres también están expuestas a la amenaza de abusos y agresiones sexuales en muchas situaciones fuera del hogar. Por otra parte, el aumento de los casos de abusos múltiples por parte de grupos de delincuentes que graban sus delitos a través de dispositivos móviles y luego los comparten por teléfono o en línea es una preocupación creciente con un alto impacto social. Además, los índices de violencia doméstica y sexual aumentan cuando las sociedades están sometidas a estrés, por ejemplo, durante la escasez de alimentos, la crisis económica, las catástrofes naturales y las epidemias.
El encierro de COVID-19 demostró que en una situación de crisis de este tipo el problema de la violencia doméstica se acentúa aún más, tanto porque las víctimas quedan atrapadas en sus hogares con parejas violentas que están aún más estresadas que de costumbre, como porque la capacidad de los servicios para ayudar se vuelve aún más limitada. Del mismo modo, las mujeres desplazadas, refugiadas y que viven en zonas afectadas son especialmente vulnerables y están expuestas a la violencia sexual; el cierre de establecimientos que ofrecen trabajo sexual legal debido, por ejemplo, a las epidemias, conlleva otros peligros.
Las necesidades de la innovación, que debe llevarse a cabo de forma legal y ética al tiempo que se protegen los derechos fundamentales, como la privacidad y la protección de los datos personales, son las siguientes. En primer lugar, partiendo de los trabajos anteriores (como el proyecto IMPRODOVA de H2020[1] o los proyectos financiados en el marco del Programa de Derechos, Igualdad y Ciudadanía[2]), es necesario mejorar los actuales enfoques europeos de lucha contra la violencia doméstica y sexual (prevenir, localizar, denunciar y recopilar pruebas) utilizando soluciones tecnológicas innovadoras, como por ejemplo enriqueciendo las actuales herramientas de análisis de riesgos con datos en tiempo real obtenidos a través de medios tecnológicos, lo que reducirá tanto la cantidad de recursos humanos que hay que comprometer como el tiempo de respuesta.
Además, las víctimas de maltrato doméstico, así como de violencia sexual, suelen ser reacias a ponerse en contacto con el personal policial y prefieren hablar con los chatbots, siendo una de las principales razones el miedo a ser juzgadas. Por lo tanto, existe una clara necesidad de innovación en lo que respecta a nuevos desarrollos y mejoras de herramientas automatizadas e interactivas, como los chatbots, que ayuden y estimulen a las víctimas a denunciar a la policía los casos de maltrato doméstico y/o violencia sexual.
Además, en relación específicamente con los casos de abusos múltiples por parte de grupos de delincuentes que comparten sus delitos a través de dispositivos móviles o a través de las redes sociales, se necesitan actividades para desarrollar soluciones tecnológicas innovadoras destinadas a encontrar el origen de estos vídeos, identificar a los delincuentes y encontrar a las víctimas.
Además, es necesario desarrollar campañas de sensibilización modernas y eficaces para que las autoridades policiales y las organizaciones de la sociedad civil pertinentes transmitan mensajes clave a las víctimas potenciales, así como a las comunidades en general, teniendo en cuenta la dimensión multicultural europea.
Por último, pero no por ello menos importante, se necesitan enfoques modernos y novedosos para apoyar a los servicios de asistencia a las víctimas de las autoridades policiales y de las organizaciones de la sociedad civil pertinentes en la prestación de una protección y ayuda eficaces a las víctimas. Dado que se esperan avances tecnológicos y sociales, los consorcios deberían estar formados por especialistas en TI, autoridades policiales, organizaciones de la sociedad civil pertinentes, sociólogos, trabajadores sociales y psicólogos. Si es posible, teniendo en cuenta su derecho al anonimato, su dignidad y sus derechos, las víctimas podrían participar también, a través de las organizaciones de la sociedad civil pertinentes que cuentan con las garantías necesarias para protegerlas.
También debe tenerse en cuenta la evolución de la violencia doméstica y sexual, como su aumento durante cualquier tipo de emergencia, por ejemplo, las epidemias. También deben desarrollarse métodos para evaluar las soluciones propuestas. Todas las soluciones desarrolladas deberán ir acompañadas de los correspondientes planes de formación para las autoridades policiales y las organizaciones de la sociedad civil pertinentes.
Plazo
23 de noviembre de 2021
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