El certificado COVID digital de la UE ayudó a coordinar las restricciones de viaje entre los Estados miembros y fue eficaz para facilitar los desplazamientos durante la pandemia de COVID-19. Sin embargo, el impacto de otras herramientas de la UE fue modesto, según concluye un informe especial publicado por el Tribunal de Cuentas Europeo (el Tribunal). Los auditores constataron que la Comisión Europea actuó con celeridad para proponer soluciones tecnológicas adecuadas, pero el uso de estas herramientas por parte de los países de la UE varió significativamente, por lo que su impacto a la hora de facilitar los desplazamientos fue desigual. Los auditores piden a la UE que se prepare mejor, de modo que pueda afrontar posibles emergencias futuras más eficazmente.
En marzo de 2020, poco después de la detección de los primeros casos de COVID-19 en la UE, los Estados miembros comenzaron a imponer controles fronterizos y restricciones de viaje. A pesar de su limitada competencia en materia de política de salud pública, la Comisión adoptó diversas iniciativas para limitar el impacto de esas medidas en la libre circulación. En particular, desarrolló una serie de herramientas para facilitar los desplazamientos y contribuir a rastrear los casos positivos de COVID-19. Estas consistieron en un servicio de pasarela para el rastreo de contactos, formularios digitales de localización de pasajeros, así como una plataforma para que los Estados miembros los intercambiaran, y el certificado COVID digital de la UE. La UE aportó 71 millones de euros para el desarrollo de estas herramientas informáticas.
Los auditores constan que la Comisión Europea movilizó estos fondos rápidamente y adoptó un enfoque pragmático respecto al desarrollo de las herramientas en un tiempo limitado. La pasarela de búsqueda de contactos comenzó a funcionar solo siete meses después del inicio de la pandemia, mientras que el certificado digital de la UE se completó antes de que los países de la UE terminaran sus planes de vacunación. En cambio, los formularios de localización de pasajeros se desarrollaron demasiado tarde, pues algunas soluciones nacionales ya estaban disponibles con anterioridad. Asimismo, los auditores señalan que la Comisión Europea no logró superar las reservas de algunos Estados miembros para utilizar las herramientas de la UE motivadas por la protección de datos y otras cuestiones jurídicas, y también porque ya habían desarrollado sus propios instrumentos nacionales. En general, no obstante, la Comisión abordó las cuestiones relativas a la protección de datos y aplicó buenas prácticas en materia de seguridad informática.
«Fue crucial que todos los países de la UE adoptaran herramientas comunes para coordinar las restricciones a la libre circulación y facilitar los desplazamientos a pesar de la situación sin precedentes a la que nos enfrentamos», señaló Baudilio Tomé Muguruza, Miembro del Tribunal responsable de la auditoría. «No todas las herramientas de la UE fueron utilizadas por los Estados miembros, y el éxito del certificado COVID digital de la UE no se manifestó en otras herramientas».
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