Un nuevo proceso pretende convertir el licor negro, un subproducto de la industria de la pasta de papel, en un biocarburante de bajas emisiones.
Según la Agencia Internacional de la Energía, el licor negro es el quinto carburante más importante de la Tierra y podría convertirse en el nuevo oro negro. «El licor negro es un subproducto común de las fábricas de pasta de papel, que elaboran productos como papel y cartón a partir de árboles», explica Tero Joronen, investigador principal de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Tampere (Finlandia). El licor negro tiene varios usos importantes en la actualidad. Por ejemplo, se puede emplear para recuperar los productos químicos de cocción y producir el vapor a alta presión empleado en los procesos de fabricación de pasta de papel. Así las cosas, Joronen afirma que esto es solo la punta del iceberg. «El licor negro contiene un compuesto de lignina específico, por lo que se podría emplear para producir biocarburantes», comenta el investigador. El reto consiste en que el proceso de transformación del licor negro en carburante es caro, por lo menos hasta ahora. Gracias al respaldo del proyecto financiado con fondos europeos BL2F, Joronen ayudó a desarrollar un proceso innovador para obtener un biocarburante limpio, de gran calidad y listo para usar a partir del licor negro para los sectores de la aviación y el transporte marítimo. «Nuestra innovación contribuye a lograr una reducción del 83 % de las emisiones de CO2 en comparación con los combustibles fósiles, por lo que puede ayudar a la Unión Europea a alcanzar sus objetivos climáticos y, al mismo tiempo, a situar a Europa a la vanguardia de la producción de biocarburantes renovables», agrega Joronen.
Un proceso de licuefacción hidrotérmica innovador
El núcleo del proyecto es un proceso de licuefacción hidrotérmica pionero que se puede integrar en los procesos existentes de una fábrica de pasta de papel. «Una de las muchas ventajas de utilizar la licuefacción hidrotérmica es que elimina la necesidad de separar la lignina, lo cual reduce los costes y las emisiones», señala Joronen. «Además, se puede separar más del 95 % de las sales de cocción contaminadas». Sin embargo, llegar a este punto exigió que el equipo del proyecto introdujera varias modificaciones. Por ejemplo, un concepto inicial incluía un proceso de hidrodesoxigenación y un proceso de reformado en fase acuosa, los cuales podrían mejorar la calidad general de la licuefacción hidrotérmica. «Durante el estudio de viabilidad técnica, descubrimos que los costes de estos procesos superaban con creces sus beneficios, así que se excluyeron del diseño final», observa Joronen. El proceso simplificado para obtener licor negro se demostró satisfactoriamente en una planta de prueba.
La cadena de valor del licor negro al biocarburante
Según Joronen, la prueba de la integración de la licuefacción hidrotérmica y la separación de sales para el licor negro constituye un gran avance técnico. «El proceso de BL2F demuestra un ciclo de retroalimentación que hace que las emisiones carbono de todo el proceso sean menores que las de la producción de combustibles fósiles», afirma el investigador. De hecho, si se aplicara el proceso de BL2F a gran escala y se utilizaran distintas fuentes de biomasa, se podrían producir más de 50 000 millones de litros de biocarburantes avanzados de aquí a 2050; una cantidad más que suficiente para satisfacer el aumento de la demanda de biocarburante avanzados por parte de los sectores de la aviación y el transporte marítimo. «Al demostrar la factibilidad de la cadena de valor del licor negro al biocarburante, el proyecto BL2F ha posibilitado una nueva e importante fuente de producción de biocarburantes limpios», concluye Joronen. Los investigadores del proyecto prevén continuar su labor a través de otros proyectos nacionales y europeos.
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