Un grupo de científicos ha utilizado veinte años de datos satelitales para calcular la velocidad a la que se está reduciendo el tamaño de los glaciares de todo el mundo. El resultado es la evaluación más precisa y exhaustiva de los glaciares del planeta hasta la fecha.
Las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida puede que sean las masas de hielo más grandes del mundo, pero no son los únicos glaciares que se están derritiendo y que tienen una repercusión en la vida del planeta. El tamaño de los glaciares, que se encuentran en casi todos los continentes, se está reduciendo rápidamente, lo cual desempeña un papel importante en el aumento del nivel del mar y de los peligros naturales.
«Los glaciares suelen encontrarse relativamente cerca de donde viven las personas. Eso significa que sus cambios afectan a la gente de forma bastante directa», afirma Andreas Kääb, profesor especializado en glaciares de la Universidad de Oslo, en una entrevista en la revista de investigación e innovación europea «Horizon». A fin de que en el futuro nos podamos adaptar mejor a los efectos del cambio climático, necesitamos tener una imagen mucho más clara de la evolución de los glaciares de todo el mundo.
Con el apoyo del proyecto ICEMASS, financiado con fondos europeos, el profesor Kääb y su equipo de investigación pudieron medir y analizar cambios en el 99,9 % de los glaciares del planeta. A través de datos satelitales históricos de la NASA y nuevos métodos estadísticos para construir topografías tridimensionales que se remontan veinte años atrás, pudieron crear la evaluación más exhaustiva y precisa de los 217 175 glaciares catalogados en el mundo. Los resultados de la investigación se publicaron en la revista «Nature».
Según el estudio, los glaciares se derriten más rápido de lo previsto. Del 2000 al 2019, cada año perdieron cerca de 267 000 millones de toneladas de hielo, una pérdida de masa que es un 47 % mayor que la de la capa de hielo de Groenlandia y más del doble que la de la Antártida. Suponiendo que la totalidad del agua de deshielo llegase al océano, eso equivaldrá a un 21 % del aumento del nivel del mar observado. Sin embargo, la estimación de la velocidad de aceleración de la pérdida de hielo, de unos 48 000 millones de toneladas anuales cada decenio, es aún más preocupante.
Unos ganan y la mayoría pierde
«Detectamos una pérdida de masa de los glaciares en casi todas las regiones que investigamos. En Svalbard, el Ártico europeo, medimos grandes pérdidas inesperadas. El inmenso repliegue de hielo marino en este sector del Ártico aumenta las temperaturas del aire a una velocidad que prácticamente duplica el promedio mundial. El resultado es una velocidad de deshielo de glaciares (que es) mucho mayor a lo que se esperaría tan al norte. Además, cerca de la mitad de la pérdida de masa de los glaciares no proviene directamente de su deshielo, sino de los glaciares que aumentaron inmensamente su flujo de hielo y, por lo tanto, su vertido de hielo en el océano», indica el profesor Kääb.
Sin embargo, él y su equipo también descubrieron «leves cambios inesperados en la masa glaciar, inferiores al promedio mundial, en algunas partes de Asia central, en Karakórum, Pamir y la parte occidental del Tíbet. Incluso existe una región donde los glaciares crecieron un poco. Además, al medir los cambios de los lagos sin una salida fluvial directa, pudimos mostrar que en los últimos años la región recibió más precipitaciones, lo que permitió que los lagos y glaciares crecieran, a pesar de que la temperatura del aire aumentó al mismo tiempo».
Para el profesor Kääb, quien fue el investigador principal del proyecto finalizado ICEMASS (Global Glacier Mass Continuity), el logro más importante fue recopilar datos sobre los cambios del volumen glaciar en muchas zonas sobre las que se sabía muy poco. «Había muchas cifras diferentes sobre los glaciares que se están derritiendo, algunas se contradecían en gran medida con las demás, ya que indicaban desde muy pocos a grandes cambios. Y logramos reducir (mucho) esa incertidumbre».
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