Para ayudar a los consumidores de la Unión a reducir sus facturas de energía y la huella de carbono, a partir del lunes 1 de marzo de 2021 empezará a aplicarse en todas las tiendas y minoristas en línea una nueva versión de la ampliamente reconocida etiqueta energética de la Unión.
Las nuevas etiquetas se aplicarán inicialmente a cuatro categorías de productos: frigoríficos y congeladores, lavavajillas, lavadoras y televisores (y otras pantallas externas). El 1 de septiembre habrá nuevas etiquetas para las bombillas y lámparas con fuentes luminosas fijas, y en los próximos años será el turno de otros productos.
El cambio más importante consiste en volver a una escala más sencilla (A-G). Esta escala es más estricta y está diseñada de manera que muy pocos productos puedan alcanzar inicialmente la clasificación «A», lo que deja espacio para incluir productos más eficientes en el futuro. Los productos más eficientes energéticamente que se comercializan en la actualidad normalmente irán etiquetados a partir de ahora como «B», «C» o «D». Las etiquetas incluirán varios elementos nuevos, como un enlace QR a una base de datos para toda la Unión que permitirá a los consumidores acceder a más información sobre el producto.
En palabras de Kadri Simson, comisaria de Energía: «La etiqueta energética original ha tenido mucho éxito, al permitir ahorrar al hogar europeo medio varios cientos de euros al año y motivar a las empresas a invertir en investigación y desarrollo. Hasta el final de febrero, más del 90 % de los productos han ido etiquetados como A+, A++ o A+++. El nuevo sistema ofrecerá más claridad a los consumidores y garantizará que las empresas sigan innovando y proponiendo productos aún más eficientes. Esto también nos ayuda a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero»
Al escanear el código QR, los consumidores pueden acceder a información adicional sobre el modelo de producto; por ejemplo, datos relativos a las dimensiones, características específicas o resultados de los ensayos, dependiendo del aparato.
Contexto
La etiqueta energética de la Unión es un distintivo ampliamente reconocido de los productos domésticos, como bombillas, televisores o lavadoras, y durante más de veinticinco años ha permitido a los consumidores estar mejor informados a la hora de elegir.
Las nuevas categorías de las etiquetas reajustadas se acordaron tras un proceso de consulta riguroso y totalmente transparente, que contó con la estrecha participación de las partes interesadas y los Estados miembros en todas las etapas, y con el control por parte del Consejo y el Parlamento Europeo, así como con la participación suficiente de los fabricantes, a los que se informó con una antelación suficiente.
El cambio a las etiquetas reajustadas coincide con la entrada en vigor de dos Reglamentos («ómnibus») horizontales adoptados recientemente para corregir o aclarar una serie de problemas detectados en los Reglamentos sobre etiquetado energético y diseño ecológico en cuestión adoptados originalmente en 2019.
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