La economía informal es un fenómeno global y omnipresente. Un 60% de la población mundial participa en el sector informal. Aunque prevalece sobre todo en las economías emergentes y en desarrollo, también es una parte importante de las economías avanzadas.
- La economía informal consiste en actividades que tienen valor de mercado pero que no están registradas formalmente.
La economía informal abarca profesiones tan diversas como los conductores de minibuses en África, los puestos de mercado en América Latina y los vendedores ambulantes que se encuentran en los semáforos de todo el mundo. En las economías avanzadas, los ejemplos pueden ir desde los trabajadores de la construcción y los gigas, pasando por los trabajadores domésticos, hasta las empresas registradas que se dedican a actividades informales.
La Organización Internacional del Trabajo estima que unos 2.000 millones de trabajadores, o más del 60% de la población activa adulta del mundo, operan en el sector informal, al menos a tiempo parcial.
- La economía informal es difícil de medir.
Esto se debe a que las actividades dentro de ella no pueden ser observadas directamente, y en su mayor parte, los participantes en la economía informal no quieren ser contabilizados.
Pero es importante intentar medir el tamaño de la economía informal por su importancia, y también porque emplea a algunas de las personas más vulnerables del mundo.
La informalidad puede medirse de dos maneras diferentes. El enfoque directo se basa en encuestas, respuestas voluntarias y otros métodos de cumplimiento para medir directamente el número de trabajadores y empresas informales.
Los métodos indirectos se centran en ciertas características, o proxies, que pueden observarse y están relacionadas con la actividad económica informal. Algunos ejemplos de indicadores son el consumo de electricidad, los datos del satélite de luz nocturna y el efectivo en circulación. Con estos métodos se puede medir la proporción de la economía informal en la producción total.
- La pandemia de COVID-19 afectó especialmente a los trabajadores informales, sobre todo a las mujeres.
Este impacto desigual de la pandemia se debe a que la mayoría de los trabajadores informales están empleados en sectores de contacto intensivo (como las trabajadoras domésticas, los vendedores del mercado y los taxistas) y en empleos inseguros que no ofrecen permisos pagados ni la posibilidad de trabajar desde casa.
Se estima que cerca de 95 millones de personas más -muchos de ellos trabajadores informales- habrán caído por debajo del umbral de la pobreza extrema en 2020 en comparación con las proyecciones anteriores a la pandemia.
La desigualdad de género también está aumentando, ya que millones de mujeres que son trabajadoras informales, se han visto obligadas a dejar de trabajar desde el comienzo de la pandemia. Por ejemplo, las mujeres representan el 80% de las trabajadoras domésticas en todo el mundo, y el 72% de ellas han perdido su empleo como consecuencia de la pandemia.
En el África subsahariana, el 41% de las empresas propiedad de mujeres cerraron, en comparación con el 34% de las que eran propiedad de hombres.
- La economía informal es fundamental en el proceso de desarrollo económico.
Comprender los motores y las consecuencias de la informalidad es fundamental para el desarrollo sostenible e inclusivo, ya que la informalidad está críticamente relacionada con la velocidad de crecimiento de los países, y con la pobreza y la desigualdad, incluida la desigualdad de género. Mientras que algunos individuos y empresas operan en la informalidad por elección, el 85% de todos los trabajadores informales tienen un empleo precario, no por elección sino por falta de oportunidades en el sector formal. Esto tiene importantes consecuencias económicas.
En primer lugar, los países con grandes sectores informales tienden a crecer por debajo de su potencial. Las empresas informales tienden a seguir siendo pequeñas, con baja productividad y acceso limitado a la financiación. Además, no contribuyen a la base impositiva, privando a los gobiernos de recursos para prestar servicios básicos a sus poblaciones.
En segundo lugar, los trabajadores informales tienen más probabilidades de ser pobres y de ganar salarios más bajos en comparación con sus compañeros del sector formal. Carecen de protección social y de acceso al crédito y, por lo general, tienen menos formación.
En tercer lugar, la informalidad está relacionada con la desigualdad de género. A nivel mundial, el 58% de las mujeres empleadas trabajan en el sector informal, y es más probable que se encuentren en las categorías más precarias y mal pagadas del empleo informal. En el África subsahariana, la proporción media de mujeres en el empleo informal en el sector no agrícola de la región es del 83%.
- Un enfoque equilibrado es crucial para abordar la economía informal, ya que actualmente representa la única fuente de ingresos y una red de seguridad crítica para millones de personas.
Es importante que los responsables políticos se centren en la aplicación de políticas que ayuden a reducir la informalidad gradualmente, abordando los factores que la impulsan en cada país, como la exclusión social y los incentivos para que las personas y las empresas operen de manera informal. Los ataques al sector motivados por la opinión de que opera ilegalmente y evade impuestos no son la respuesta.
Por el contrario, las políticas que han resultado eficaces incluyen reformas para garantizar un acceso equitativo a la educación para niños y niñas; aumentar el acceso a la financiación, incluso aprovechando el dinero móvil y las reformas digitales, y poner en marcha medidas para mejorar el entorno empresarial. Las medidas específicas incluyen la simplificación de los requisitos de registro y reglamentación para las nuevas empresas, sistemas fiscales sencillos que incluyan un registro fácil y el pago electrónico de impuestos, y reformas del mercado laboral.
Deja una respuesta