El Centro Común de Investigación de la Comisión Europea ha publicado el informe «Drought in Europe – July 2022», una evaluación de la situación de las sequías en Europa basada en el Observatorio Europeo de la Sequía.
El análisis de la evolución y el impacto de la sequía persistente en la UE muestra que una parte importante de Europa está actualmente sometida a niveles de advertencia (44% de la UE+Reino Unido) y alerta (9% de la UE+Reino Unido) de sequía, asociados al déficit de humedad del suelo en combinación con el estrés de la vegetación.
Olas de calor tras una primavera atípica
Las sequías en gran parte de Europa son críticas, ya que el déficit de precipitaciones en invierno y primavera (el 19% de la media de 1991-2020 en todas las zonas de alerta de la UE + Reino Unido, y el 22% en las zonas bajo alerta de sequía) se vio agravado por las primeras olas de calor. El caudal de los ríos en varios países se ha visto gravemente afectado, y los volúmenes de agua embalsada también se han agotado. En conjunto, esto puede requerir la adopción de medidas extraordinarias de gestión del agua y la energía en los países afectados.
La falta de precipitaciones hace que la cantidad de agua presente en el suelo se haya reducido considerablemente. Esto ha dificultado la extracción de agua del suelo por parte de las plantas, lo que ha provocado un estrés generalizado en la vegetación, sobre todo en las tierras bajas italianas, en el sur, centro y oeste de Francia, en el centro de Alemania y el este de Hungría, en Portugal y en el norte de España.
Drought in Europe July 2022
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Muchos países están expuestos a niveles de sequía muy elevados
El estrés hídrico y el calor están reduciendo el rendimiento de las cosechas, que ya era negativo para los cereales y otros cultivos. Francia, Rumanía, España, Portugal e Italia tendrán que hacer frente a esta reducción del rendimiento de los cultivos. Alemania, Polonia, Hungría, Eslovenia y Croacia también se han visto afectados.
En Italia, la cuenca del río Po se enfrenta al mayor nivel de gravedad de la sequía. Se ha declarado la emergencia por sequía en cinco regiones italianas y la insuficiente disponibilidad de agua ha provocado múltiples restricciones de uso en los municipios. En Francia se han tomado medidas similares para restringir el uso del agua.
La situación también es difícil en toda la Península Ibérica. En España, los volúmenes de agua embalsada son actualmente un 31% inferiores a la media de los últimos diez años. En Portugal, la energía hidroeléctrica almacenada en los embalses está a la mitad de la media de los siete años anteriores. Ambos países están experimentando condiciones propicias para los incendios forestales.
Competencia por los recursos hídricos: la producción de energía también se ve afectada
La producción de energía de las centrales hidroeléctricas hasta principios de julio fue inferior a la media de 2015-2021 en muchos países europeos, sobre todo en Italia (-5039 GWh respecto a la media), Francia (-3930 GWh) y Portugal (-2244 GWh). El mismo descenso se produce en los niveles de los embalses hidroeléctricos, afectando a países como Noruega, España, Rumanía, Montenegro y Bulgaria, entre otros.
Esta falta de agua también está reduciendo o suspendiendo las operaciones de producción de energía hidroeléctrica y termoeléctrica en todos los países. En resumen, las condiciones de sequía y la escasez de agua están afectando a la producción de energía y reduciendo el rendimiento de los cultivos.
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Las previsiones desfavorables para los próximos meses pueden comprometer el suministro de agua y es probable que la competencia por este recurso siga siendo alta. La gestión integrada de los recursos hídricos, en consonancia con el acervo sobre el agua, es vital para garantizar una cantidad sostenible de agua de buena calidad para todos los usuarios del agua y el medio ambiente en una determinada cuenca hidrográfica. Si bien las estrategias de mitigación de la sequía son de la máxima importancia en estos momentos, también lo es abordar la causa fundamental del problema: el cambio climático y su alteración del ciclo del agua en el planeta. También es necesario realizar más esfuerzos para adaptarse de forma preventiva a los cambios en los patrones climáticos mediante el suministro de energía a prueba del clima y la aplicación de soluciones sostenibles en la agricultura.
Más información: Comisión Europea – Comunicado de prensa
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