El último informe del EIGE sobre el control coercitivo y la violencia psicológica en los Estados miembros de la UE demuestra una alta prevalencia. Sin embargo, se están empezando a aplicar mayores medidas de penalización. Es necesario hacer más.
¿Qué es el control coercitivo y la violencia psicológica? Las siguientes explicaciones caracterizan la naturaleza de ambas formas de abuso.
- El control coercitivo se define como «un curso estratégico de conducta opresiva típicamente caracterizado por el abuso físico frecuente, pero de bajo nivel, y la coerción sexual en combinación con tácticas para intimidar, degradar, aislar y controlar a las víctimas» (Stark, 2013: 18).
- El Convenio del Consejo de Europa para prevenir y combatir la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica (Convenio de Estambul) (artículo 33) define la violencia psicológica como «cualquier curso de conducta intencional que perjudique gravemente la integridad psicológica de otra persona mediante coacción o amenazas.»
Combating coercive control and psychological violence against women in the EU Member States |
Tal como están las cosas, las estadísticas se amontonan en una sombría realidad. Los datos de la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea (FRA) muestran que, en toda la UE, el 44% de las mujeres han sufrido violencia psicológica por parte de su pareja a lo largo de su vida.
El EIGE recomienda tratar de forma específica, explícita y exhaustiva la violencia psicológica como un fenómeno independiente. También aboga por incluir una dimensión digital en el marco de prevención y respuesta dirigido a las víctimas del abuso en línea, así como garantizar que las prácticas lleguen a los grupos de mayor riesgo y a los que tienen necesidades adicionales.
En la investigación de EIGE, las mujeres más jóvenes (menores de 30 años), las mujeres con una discapacidad o una condición de salud, las mujeres no heterosexuales y las mujeres de origen inmigrante experimentan la violencia psicológica en un porcentaje mayor que la población general.
Las implicaciones de la violencia psicológica y el control coercitivo son profundamente profundas en las mujeres víctimas, donde el riesgo de suicidio, depresión y trastorno de estrés postraumático (TEPT) son particularmente frecuentes.
Además, el impacto negativo en los hijos de las víctimas puede ser profundo y podría conducir a un mayor riesgo de victimización y perpetración más adelante en la edad adulta.
Ahora, en la era del dominio digital, varios Estados miembros están teniendo en cuenta el impacto psicológico de la ciberviolencia. En Italia, el uso de la comunicación electrónica es una circunstancia agravante del acoso y, en Francia, es una circunstancia agravante del acoso sexual. En Austria, el ciberacoso se menciona específicamente como una forma de acoso en el código penal.
La lucha contra el control coercitivo y la violencia psicológica conlleva innumerables retos, dados los obstáculos para una prevención eficaz. Para el 28% de los profesionales encuestados por EIGE para este proyecto, la falta de conocimientos sobre la violencia psicológica sigue siendo el obstáculo más importante para la prevención. En consecuencia, las víctimas del control coercitivo y la violencia psicológica son reacias a denunciar sus experiencias.
Desde el punto de vista jurídico, en la mayoría de los Estados miembros de la UE la violencia psicológica se persigue en el marco de delitos penales que no son específicos del contexto doméstico o de la pareja. Dinamarca, España, Francia, Hungría e Irlanda han tipificado como delito la violencia psicológica o el control coercitivo. Y sólo Dinamarca e Irlanda utilizan el lenguaje del control coercitivo en la legislación.
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