Blockchain, una tecnología de contabilidad digital, es ampliamente conocida por su aplicación a las criptomonedas. Introducida en 2008 para servir como un libro de transacciones públicas para Bitcoin, la tecnología ha dado lugar a cientos de criptomonedas (por ejemplo, Ethereum, Ripple, NEO, Litecoin), además de tener otras aplicaciones emergentes en diversos campos, incluidas las cadenas de suministro y el contenido digital, patentes, contratos inteligentes, gobernanza y voto electrónico (EPRS, 2017).
¿Qué es el Blockchain?
Es esencial comprender los fundamentos de la tecnología de las cadenas en bloque para evaluar sus repercusiones, que pueden ser enormes y transformadoras para la sociedad, la economía y el medio ambiente. La Agencia de Seguridad de las Redes y de la Información de la Unión Europea (ENISA) define el blockchain como:
… un libro público que consiste en todas las transacciones que tienen lugar a través de una red de pares. Es una estructura de datos que consiste en bloques de datos vinculados … Esta tecnología descentralizada permite a los participantes de una red de par a par realizar transacciones sin necesidad de una autoridad central de confianza y, al mismo tiempo, confiar en la criptografía para garantizar la integridad de las transacciones. (ENISA, 2019)
A diferencia de los libros de contabilidad tradicionales utilizados por los bancos y los gobiernos durante siglos, que están centralizados y son inaccesibles, los libros de contabilidad en cadena están descentralizados y son transparentes (EPRS, 2017). No existe una autoridad central que actúe como gestor exclusivo del libro de contabilidad, con responsabilidad exclusiva para el almacenamiento, la actualización y la verificación de las transacciones. Por el contrario, todos los participantes de la red de cadenas de bloqueo tienen una copia del libro de contabilidad, y las transacciones, aunque estén cifradas, son visibles para todos.
El blockchain y el medio ambiente
La implicación más conocida de la tecnología blockchain para el medio ambiente se relaciona con su consumo de energía y, por tanto, su posible impacto negativo en el clima. El proceso estándar actual de verificación de transacciones requiere una gran cantidad de potencia de procesamiento y, por lo tanto, electricidad. Un uso más amplio de la tecnología blockchain podría contrarrestar los esfuerzos de mitigación del cambio climático.
La aplicación Bitcoin es particularmente ilustrativa. En comparación con los métodos de pago alternativos, se afirmó que Bitcoin consume 20 000 veces más energía que Visa (Brosens, 2017). En 2019, según algunos analistas, la energía consumida por cada transacción de Bitcoin había aumentado a 635 kWh, lo que equivale a la electricidad que podría suministrar energía a aproximadamente 21 hogares estadounidenses durante 1 día (Digiconomist, 2019). Por ejemplo, el Índice de consumo de electricidad de Cambridge Bitcoin (CBECI) cita una cifra de 64 TWh por año (CBECI, 2019), que supera el consumo anual de electricidad de Suiza o de todos los vehículos eléctricos en funcionamiento en todo el mundo (58 TWh) en 2018. Estas estimaciones debe interpretarse con precaución, debido a problemas metodológicos, disponibilidad limitada de datos y condiciones altamente variables en la industria (Koomey, 2019).
A pesar del consumo de energía y los problemas de desechos electrónicos, la tecnología blockchain también puede respaldar la protección del medio ambiente. En particular, puede ofrecer oportunidades para hacer que los procesos de producción y consumo existentes sean más transparentes, lo que podría mejorar su sostenibilidad. Blockchain puede hacer que la información sobre el origen de un producto, los procesos y las partes involucradas en las transacciones y la logística relacionadas sean visibles, rastreables y verificables por todos aquellos en la cadena de suministro (Kouhizadeh y Sarkis, 2018). Como la información está protegida y con sello de tiempo, no se puede alterar ni modificar, lo que reduce los riesgos de fraude y errores (EPRS, 2017). Esto puede apoyar la aplicación de criterios de sostenibilidad para la selección de proveedores, vendedores, materiales y productos, así como el diseño de redes logísticas y operaciones internas más sostenibles (Kouhizadeh y Sarkis, 2018).
Investigaciones actuales
Se están explorando otras aplicaciones de blockchain potencialmente beneficiosas para la difusión de energía renovable, la eficiencia energética y la reducción del consumo de energía. IBM y Energy-Blockchain Labs están experimentando con una plataforma de gestión de activos ecológicos basada en blockchain para comercializar activos de carbono en China de una manera más eficiente (IBM, 2017). Algunos prevén una plataforma de transacciones de energía entre pares basada en blockchain que permitiría transacciones eficientes de energía eléctrica entre prosumidores y generaría beneficios económicos y ambientales (Park et al., 2018). EnergiMine ha desarrollado un sistema de recompensas basado en blockchain que utiliza tokens digitales para incentivar a los consumidores a ahorrar energía (Forbes, 2018). La cuestión sigue siendo si estas iniciativas de nicho se ampliarán y si sus beneficios se compensan con el propio consumo de energía de blockchain.
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