Tras aprobar nuevas ayudas, el pleno pidió a la Comisión simplificar el Fondo de Solidaridad para asegurar la respuesta al cambio climático y los frecuentes desastres naturales.
La Cámara dio su visto bueno a un desembolso de 397,5 millones de euros para ayudar a 17 Estados miembros y tres candidatos a la adhesión a hacer frente a la emergencia sanitaria. España recibirá 36,6 millones de euros, que, sumados a un anticipo de 16,84 millones, elevan la cantidad total a 53,48 millones.
Los otros receptores de la ayuda para financiar los esfuerzos contra la pandemia son Austria, Bélgica, Croacia, Chequia, Estonia, Francia, Alemania, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Portugal, Rumanía, además de los países candidatos Albania, Montenegro y Serbia.
Los fondos cubrirán parte de su gasto en material de protección, apoyo de emergencia a la población y medidas de prevención, vigilancia y control de la enfermedad.
La respuesta y la ayuda deben llegar con rapidez
En una resolución que el pleno también aprobó el martes, los eurodiputados destacan que el creciente impacto del cambio climático y la intensificación de los desastres naturales están haciendo a los países europeos cada vez más vulnerables. Argumentan que la UE debe garantizar que debe facilitarse y acelerarse la concesión de ayudas del Fondo de Solidaridad a las regiones golpeadas por ese tipo de desastres.
La resolución, que salió adelante con 668 votos a favor, 10 en contra y 18 abstenciones, subraya las dificultades que encuentran los países a la hora de calcular con rapidez el coste de los daños y apunta que, de media, transcurre un año hasta que el importe total de una subvención del Fondo de Solidaridad llega al beneficiario.
Los eurodiputados plantean a la Comisión que explore cómo reducir la burocracia, avanzando hacia una asignación de fondos «lo más flexible posible», para asegurar «una acción rápida y un alivio inmediato» para las regiones o países afectados por catástrofes.
Mejorar la resiliencia frente al cambio climático
El Parlamento considera de vital importancia invertir en la prevención y la gestión de los riesgos de catástrofes. Para avanzar en esa dirección, la Comisión y los gobiernos nacionales deben apostar por la investigación y la educación en gestión y respuesta a catástrofes. El presupuesto del Fondo de Solidaridad debe ser suficiente para cubrir los costes de la reconstrucción tras los desastres, sino también para aumentar la resiliencia ante el cambio climático y evitar que sucedan.
Los eurodiputados piden especial atención para las regiones ultraperiféricas, las islas, las zonas montañosas y aquellas con alta actividad sísmica o volcánica, que corren más riesgo de padecer desastres naturales. También quieren que se tengan más en cuenta las catástrofes regionales y transfronterizas.
La Cámara pide, por último, a la Comisión que ofrezca apoyo técnico y administrativo a los países beneficiarios para ayudarles a desarrollar estrategias de gestión y a largo plazo destinadas a reducir el impacto de las catástrofes naturales y las emergencias de salud pública.
Antecedentes
El Fondo de Solidaridad fue establecido tras las inundaciones en Europa Central en el verano de 2002, con el objetivo de asistir a los países en tareas de emergencia y recuperación tras desastres naturales. Entre 2002 y 2020, el Fondo ha movilizado alrededor de 6 600 millones para aliviar daños tras cerca de cien desastres en 23 Estados miembros y un país candidato a la adhesión.
En 2020, dentro de la iniciativa de inversión en respuesta al coronavirus, el Reglamento del Fondo fue enmendado para cubrir las emergencias de salud pública.
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