La Guardia Civil española detuvo a un partidario de la organización terrorista llamada Estado Islámico en una operación desarrollada junto con Europol. El sospechoso estaba buscando, editando y difundiendo material de propaganda terrorista destinado especialmente a los jóvenes a través de Internet.
La amenaza terrorista en Internet es real
El 20 de octubre, agentes de las autoridades españolas detuvieron a un ciudadano marroquí en Altea, Alicante, sospechoso de difundir propaganda terrorista en Internet. Intentaba radicalizar y reclutar nuevos miembros para el llamado Estado Islámico. El sospechoso tenía como objetivo a los jóvenes a través de las redes sociales y, para evitar ser detectado por los servicios de seguridad, más tarde los redirigía a una aplicación de mensajería en privado. A continuación, profundizaba su proceso de radicalización mientras les enviaba más material de propaganda terrorista. Virtualmente integrado en el llamado Estado Islámico, el individuo compartía la perspectiva violenta del grupo terrorista y la difundía a aquellos a los que intentaba reclutar por Internet. Las acciones conjuntas de las fuerzas del orden permitieron detectar estas actividades del sospechoso en línea basadas en el terrorismo.
Desde 2015, año en que se incrementó la alerta terrorista, las autoridades españolas han redoblado sus esfuerzos para combatir las actividades terroristas. Las acciones de investigación y operativas más intensas se dirigen específicamente a los individuos inmersos en el proceso de radicalización. Su mentalidad basada en el terrorismo es preludio de un comportamiento violento, una amenaza inminente para la seguridad de los ciudadanos de la Unión Europea. Los esfuerzos de los servicios de seguridad se intensificaron aún más durante la actual pandemia para contrarrestar los posibles intentos de los grupos terroristas de aprovechar la situación actual relacionada con la pandemia de COVID-19.
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