Todavía queda mucho camino por recorrer para la igualdad de las personas LGBTI. El Día Internacional contra la Homofobia, la Bifobia y la Transfobia (IDAHOBIT), que se celebró el 17 de mayo, es un recordatorio para desafiar la discriminación y la violencia que siguen sufriendo demasiadas personas lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersexuales (LGBTI) en toda Europa.
El año pasado, se publicaron los resultados de la mayor encuesta sobre delitos de odio y discriminación contra las personas LGBTI.
Ahora hay más personas LGBTI que dicen abiertamente quiénes son. Pero el miedo, la violencia y la discriminación siguen siendo elevados.
Dos de cada cinco encuestados afirman haber sufrido acoso el año anterior a la encuesta. Uno de cada cinco se siente discriminado en el trabajo.
En algunos países, más del 70% de los encuestados dicen que la sociedad es más tolerante ahora que hace cinco años. Pero en otros, hasta el 68% dice que es menos.
Y esto era antes de que se produjera la pandemia de COVID-19.
Los estudios realizados en los Estados miembros durante la pandemia muestran un mayor impacto negativo en la salud mental de las personas LGBTI que entre la población general. También se produjo un aumento de la violencia doméstica, especialmente contra los jóvenes LGBTI encerrados.
El acceso al empleo y a la asistencia sanitaria se hizo más difícil. Una tasa superior a la media de personas LGBTI está desempleada y con trabajos precarios. Muchos experimentaron una mayor estigmatización como consecuencia del virus y obstáculos a la hora de buscar asistencia sanitaria.
En noviembre de 2020, la UE puso en marcha su primera estrategia para la igualdad de lesbianas, gays, bisexuales, trans, no binarios, intersexuales y queer (LGBTIQ). Su objetivo es abordar las desigualdades y los retos a los que se enfrentan las personas LGBTIQ mediante acciones específicas para los próximos cinco años.
La estrategia se centra especialmente en la lucha contra la discriminación, la garantía de la seguridad y la construcción de sociedades inclusivas. Esto debería permitir a la UE y a sus Estados miembros tomar las medidas necesarias para proteger los derechos fundamentales de todas las personas LGBTIQ.
Sólo cuando los Estados miembros garanticen la igualdad y el respeto de los derechos fundamentales, las personas LGBTIQ podrán ser ellas mismas y vivir con dignidad.
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