Se espera que la actividad económica en España crezca un 2,1% en 2024 y un 1,9% en 2025, impulsada por la demanda interna y sostenida por la continua resistencia del mercado laboral. La aplicación del Plan de Recuperación y Resiliencia apuntalará el crecimiento de la inversión durante el periodo contemplado. Se prevé que la inflación general mantenga su tendencia a la baja a medida que se moderen las presiones subyacentes sobre los precios. El déficit de las administraciones públicas seguirá disminuyendo, impulsado por la evolución favorable de los ingresos y la supresión gradual de las medidas relacionadas con la energía. El ratio deuda/PIB seguirá disminuyendo gradualmente hasta el 104,8% en 2025, frente al 105,5% en 2024.
Indicadores | 2023 | 2024 | 2025 |
---|---|---|---|
Crecimiento del PIB (%, interanual) | 2.5 | 2.1 | 1.9 |
Inflación (%, interanual) | 3.4 | 3.1 | 2.3 |
Desempleo (%) | 12.2 | 11.6 | 11.1 |
Saldo de las administraciones públicas (% del PIB) | -3.6 | -3.0 | -2.8 |
Deuda pública bruta (% del PIB) | 107.7 | 105.5 | 104.8 |
Saldo por cuenta corriente (% del PIB) | 2.5 | 2.8 | 2.8 |
La actividad económica se mantendrá robusta
La economía española registró un crecimiento del 2,5% en 2023. Estos buenos resultados se vieron respaldados por la sólida evolución del mercado laboral, que sostuvo el consumo privado, así como por la contribución de las exportaciones netas y el consumo público. En un entorno de tipos de interés elevados e incertidumbre general, el crecimiento global de la inversión fue moderado, sobre todo en el segundo semestre. Este fue el caso, en particular, de los bienes de equipo y la maquinaria, así como de la construcción de viviendas.
En el primer trimestre de 2024, el PIB real registró un crecimiento trimestral del 0,7%, impulsado en gran medida por la contribución de la demanda exterior. Se prevé que la actividad económica crezca en conjunto un 2,1% este año, siendo la demanda interna el principal motor del crecimiento. Se espera que el consumo privado se vea respaldado por la continua creación de empleo y la reducción gradual de la tasa de ahorro de los hogares. Se prevé que el crecimiento de la inversión mejore en 2024 gracias a la aceleración de la aplicación del Programa de Recuperación Económica y a la mejora prevista de las condiciones de financiación, que también se beneficiará de la saneada situación financiera de las empresas no financieras. La débil situación económica de los principales socios comerciales de España limitaría el dinamismo de las exportaciones globales y la contribución al crecimiento de la demanda exterior, a pesar de la evolución positiva prevista de la actividad turística y de la exportación de servicios no turísticos a lo largo del año. Se prevé una ligera desaceleración del crecimiento del PIB real en 2025, hasta el 1,9%.
Las sorpresas a la baja en la evolución de la actividad económica de los principales socios comerciales de España podrían incidir negativamente en las perspectivas de la actividad, afectando a la demanda exterior y a la inversión privada. Además, teniendo en cuenta el impacto de las subidas de los tipos de interés de los últimos años, la persistencia de un comportamiento preventivo por parte del sector privado, con preferencia por un mayor desapalancamiento, plantea riesgos a la baja para el crecimiento de la inversión. Por otra parte, una normalización gradual del nivel de inversión de las sociedades no financieras y de la aún elevada tasa de ahorro de los hogares durante el horizonte de previsión podría dar un impulso adicional a la demanda interna.
Previsiones económicas de invierno 2024 para España |
Solidez del mercado laboral y descenso del desempleo
El comportamiento positivo del mercado laboral en 2023 continuó en 2024. La creación de empleo aumentó considerablemente en los dos primeros trimestres del año, antes de atenuarse ligeramente en el segundo semestre. En términos anuales, el empleo creció un 3,2%, apoyado por el mantenimiento de fuertes flujos migratorios. La tasa de desempleo bajó al 12,1% el año pasado y se prevé que siga disminuyendo, aunque se mantendrá en un nivel elevado, alcanzando el 11,6% en 2024 y el 11,1% en 2025. Tras la fuerte recuperación del poder adquisitivo real de los hogares el año pasado, se prevé que el crecimiento de los salarios nominales se modere en 2024 y 2025, pero se mantenga marginalmente por encima de la inflación.
La inflación general y la subyacente siguen desacelerándose durante el periodo de previsión
La inflación general disminuyó al 3,4% por término medio en 2023, favorecida por la desaceleración sostenida de los precios de la energía. Se prevé que siga desacelerándose este año, hasta el 3,1%, con la continua disminución de la presión sobre los precios de los componentes no energéticos y alimentarios. Al mismo tiempo, se espera que la supresión gradual de la mayoría de las medidas gubernamentales para mitigar el impacto de los elevados precios de la energía ejerza una presión al alza sobre la inflación. Se prevé que la inflación general siga disminuyendo hasta el 2,3% en 2025.
El déficit público disminuirá con la supresión gradual de las medidas energéticas
El déficit de las Administraciones Públicas siguió disminuyendo en 2023 (hasta el 3,6% del PIB desde el 4,7% de 2022), impulsado por la reducción del coste de las medidas para mitigar el impacto de los elevados precios de la energía y por la favorable evolución macroeconómica que impulsó los ingresos. El crecimiento del 11% de los impuestos sobre la renta y el patrimonio, que refleja el fuerte aumento de los beneficios empresariales y la solidez del mercado laboral, impulsó la reducción del déficit por el lado de los ingresos. Por el lado de los gastos, el ahorro derivado de las medidas más selectivas relacionadas con la energía (cuyo coste presupuestario disminuyó en 0,6 puntos porcentuales, hasta el 0,9% del PIB) fue el principal contribuyente a la reducción del déficit.
En 2024, se prevé que el déficit público siga disminuyendo hasta el 3,0%, a medida que se vayan eliminando casi por completo las medidas relacionadas con la energía (en 0,7 puntos porcentuales, hasta el 0,2% del PIB). La mayoría de las medidas de apoyo directo a las empresas ya se han suprimido y los recortes del IVA sobre la electricidad y el gas, así como la reducción del impuesto especial sobre la electricidad, se están eliminando gradualmente. La evolución positiva de la fiscalidad directa, respaldada por la continua creación de empleo y el aumento de los salarios y las pensiones, se mantendrá e irá acompañada de la recuperación de los ingresos fiscales indirectos, que se beneficiarán del fin de los recortes fiscales relacionados con la energía.
Se espera que el déficit público disminuya más moderadamente en 2025, sobre la base de políticas sin cambios, hasta el 2,8%. Los ahorros derivados de la supresión gradual de las restantes medidas para mitigar los precios de la energía (0,3 puntos porcentuales) contribuirán a la reducción del déficit, mitigada por un gasto algo mayor en consumos intermedios, intereses y prestaciones sociales distintas de las prestaciones en especie.
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