Los científicos han demostrado que los enjambres de robots diminutos podrían programarse como células para crear formas mediante interacciones con los robos de su entorno.
Imagina un futuro en el que cientos de miles de robots diminutos exploran el lugar después de un desastre natural. Imagina que unos nanorrobots te realizaran una cirugía interna. Puede parecer ciencia ficción, pero un día esta tecnología podría estar disponible gracias a la investigación sobre la implementación de los principios biológicos de la autoorganización en la robótica de enjambres.
Con el apoyo del proyecto SWARM-ORGAN financiado con fondos europeos los científicos han demostrado cómo cientos de minirrobots pueden utilizar los mecanismos genéticos y celulares que rigen la morfogénesis biológica temprana. Sus resultados se publicaron recientemente en la revista «Science Robotics».
El artículo explica el concepto: «La morfogénesis permite que millones de células se autoorganicen en estructuras complejas con multitud de formas funcionales durante el desarrollo embrionario. Este proceso surge de las interacciones locales entre células controladas por circuitos genéticos que son idénticos en cada célula, resistentes al ruido intrínseco y adaptables a entornos cambiantes». Como se indica en el artículo, estas características ofrecen una «oportunidad importante para las aplicaciones de la robótica de enjambres, que abarcan desde la construcción hasta la exploración».
El proyecto SWARM-ORGAN (A theoretical framework for swarms of GRN-controlled agents which display adaptive tissue-like organisation) finalizó en 2016. Según el sitio web del proyecto su objetivo era «explorar ampliamente un enfoque específico en concreto la utilización de las GRN (redes de regulación genética) como posible método de control para estos sistemas». En el proyecto participó un equipo multidisciplinar con experiencia en campos como la biología de sistemas de desarrollo la informática la robótica morfogenética y la física.
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