El número de detecciones de cruces fronterizos ilegales a lo largo de las fronteras exteriores de la UE se redujo el año pasado en un 13%, hasta llegar a unos 124 000, en gran parte debido al impacto de las restricciones de COVID-19 establecidas por varios países, según las cifras preliminares recogidas por Frontex. Este fue el número más bajo de cruces fronterizos ilegales desde 2013.
Los sirios siguieron siendo la nacionalidad más frecuente en 2020, seguidos de los marroquíes, los tunecinos y los argelinos.
A pesar del aumento registrado a principios de año, en la ruta migratoria del Mediterráneo oriental se produjo en última instancia la mayor disminución del número de llegadas, que se redujo en más de tres cuartas partes hasta llegar a unas 20.000. El número de cruces fronterizos ilegales en la región del Mediterráneo occidental disminuyó en un 29%, hasta alrededor de 17 000.
Mientras tanto, las Islas Canarias experimentaron un número récord de llegadas de inmigrantes a sus costas en 2020, principalmente debido a un aumento significativo en los últimos cuatro meses del año. En total, se detectaron más de 22 600 cruces fronterizos ilegales en la ruta migratoria de África occidental, ocho veces más que el año anterior. Esta fue la cifra más alta desde que Frontex comenzó a reunir datos en 2009. Los contrabandistas solían utilizar grandes embarcaciones pesqueras con capacidad para transportar a un mayor número de personas que salían de países de África occidental como Mauritania, el Senegal y Gambia.
También hubo más inmigrantes que tomaron la ruta del Mediterráneo central. A pesar del marcado aumento de las salidas de Túnez, un número ligeramente mayor de inmigrantes irregulares detectados en esta ruta había salido de Libia. En total, el número de llegadas ilegales al Mediterráneo central prácticamente se triplicó hasta superar los 35.600, lo que lo convierte en la ruta migratoria más activa hacia Europa.
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