Según el Comité Económico y Social (CESE), el sector manufacturero europeo solo podrá realizar una transición eficaz y competitiva hacia una economía digital de vanguardia y respetuosa con el medio ambiente cuando esté preparado para llevar a cabo considerables inversiones en innovación. Como principales creadoras y proveedoras de empleo, las pequeñas y medianas empresas precisan de un apoyo particular. Así pues, las medidas previstas por la Comisión Europea para facilitar un mejor desarrollo del sector manufacturero deberían basarse de modo sistemático en una verdadera concienciación acerca de las necesidades que presentan las empresas y, en especial, las PyMEs.
Europa ocupa una posición de liderazgo en numerosos sectores manufactureros, en particular el farmacéutico, la ingeniería mecánica y la moda. El 20 % —es decir, una quinta parte de la inversión mundial en I+D— se realiza en Europa, donde también tiene su origen una de cada tres publicaciones científicas de alta calidad. Aún es más importante el dato de que la industria manufacturera genera el 17,3 % del PIB de Europa y el 80 % de las exportaciones.
A la vista de estas impresionantes cifras, es esencial que Europa aúne sus fuerzas para mantener e, incluso, reforzar este sector, afirmó Antonello Pezzini, ponente del documento informativo del CESE sobre el tema «Fomentar una mayor innovación en las zonas de alta densidad manufacturera».
En un momento en el que Europa desea revitalizar su industria manufacturera, esta debe asentarse en una base sólida de PyMEs, con plataformas digitales que sepan integrar distintas tecnologías: datos de producción, cadenas de suministro y de clientela, sistemas de seguimiento y control de calidad con una tasa elevada de reciclaje, logística y personalización de los productos.
Los principales retos que afrontan las empresas de la UE y, en especial, las PyMEs se manifiestan principalmente en la aceleración y el aumento de la globalización y en una competencia cada vez mayor, también en lo que se refiere al crecimiento de las nuevas tecnologías (IA, macrodatos, cadena de bloques, etc.) y a una creciente demanda de eficiencia y seguridad de los productos, una producción sostenible y un compromiso con la economía circular.
Para poder superar estos restos, el CESE pide a Europa y a cada uno de sus Estados miembros que pongan en marcha las estrategias educativas adecuadas, que son esenciales para la adquisición de nuevas competencias y nuevos perfiles profesionales. Asimismo, el CESE recalca la necesidad de adquirir conocimientos en inteligencia artificial y macrodatos para poder hacer frente a los nuevos modelos utilizados en este «revolución industrial».
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