Durante más de 20 años, la Oficina del Defensor del Pueblo Europeo ha establecido una reputación y métodos de trabajo que reflejan el trabajo de los tres diferentes cargos públicos hasta la fecha.
Sin el poder real de hacer cumplir la ley, la fuerza del Defensor del Pueblo reside en el ejercicio del «poder blando», un enfoque basado en la idea de que el cambio dentro de una administración proviene de comprender dónde ocurren las deficiencias y una apertura para remediarlos.
Misión
La misión del Defensor del Pueblo gira en torno a la noción de «mala administración», un concepto abierto que abarca, pero va más allá, la legalidad. Tomando prestada una expresión de un Defensor del Pueblo anterior, refiriéndose a la mala administración como una ‘vida más allá de la legalidad’, la mala administración puede identificarse con aquellos aspectos del comportamiento administrativo que no necesariamente deben someterse a una revisión judicial, como la falta de transparencia, negligencia, demoras , mentalidad de servicio e imparcialidad.
Como actúa
El Defensor del Pueblo puede actuar en un papel tanto reactivo como proactivo. En el lado reactivo, el Defensor del Pueblo analiza las quejas de los ciudadanos, empresas o asociaciones y se esfuerza por llegar a una «solución amigable». Si esto no es posible, y se descubre una mala administración, el Defensor del Pueblo emite recomendaciones para abordar el problema, a las que las instituciones de la Unión Europea deben reaccionar dentro de tres meses. Si, después de eso, la recomendación no es aceptada, el Defensor del Pueblo emite un «hallazgo de mala administración». Sin embargo, el Defensor del Pueblo también puede emitir recomendaciones cuando no hay un hallazgo claro de mala administración, pero sin embargo, identifica mejoras en el sistema a proponer. En este rol proactivo, el Ombudsman puede iniciar una investigación por iniciativa propia de la oficina si, como resultado de una queja o de otra fuente, se sospecha una mala administración en un campo específico.
Evaluación de su actividad
La actividad del Defensor del Pueblo puede evaluarse basándose en los informes anuales del Defensor del Pueblo de 2009 a 2017, que muestran que está más involucrado en cuestiones de transparencia, incluido el acceso a documentos (20-30%). La segunda área que concierne al Defensor del Pueblo (9-21%) parece ser la función de la Comisión como «guardiana de los Tratados», mientras que un 13-19% se refiere a cuestiones financieras o contractuales, como retrasos en los pagos a los proveedores.
La función proactiva de la Comisión también debe destacarse, como una forma en la que el Defensor del Pueblo puede ejercer una influencia «política», al resaltar un tema específico. En los últimos años, también se puede observar un mayor uso estratégico de las consultas de iniciativa para asuntos relacionados con la mejora democrática y la ética institucional de la UE, como la responsabilidad, la integridad y la transparencia.
Más información
‘The European Ombudsman: Reflections on the role and its potential‘
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