Cada 23 de agosto, la Unión Europea conmemora a las víctimas de todos los regímenes totalitarios y recuerda con pesar las terribles consecuencias del Pacto Molotov-Ribbentrop, firmado el 23 de agosto de 1939 entre la Alemania nazi y la Unión Soviética. El pacto sumió a Europa en uno de sus periodos más oscuros y millones de personas fueron asesinadas.
Decenas de millones de víctimas fueron deportadas, torturadas y asesinadas bajo regímenes totalitarios en Europa. Debido a esta crueldad, a la falta de libertad y a la falta de respeto por los derechos fundamentales, en algunas partes de Europa varias generaciones nunca tuvieron la oportunidad de disfrutar de la libertad y la democracia.
Las instituciones tienen el deber de preservar los nombres de los millones de perseguidos y mantener viva su memoria. Hoy se conmemoran los acontecimientos de 1989, cuando los ciudadanos de Europa Central y Oriental se levantaron y rompieron el Telón de Acero y aceleraron su caída. Las valientes acciones de los ciudadanos devolvieron la libertad y la democracia a toda Europa. Ayudaron a superar las divisiones y a unificar Europa. Este es, pues, un legado colectivo europeo que todos debemos apreciar, alimentar y defender.
Han pasado ya 80 años desde 1939 y la generación que ha sido testigo del azote del totalitarismo ya casi no está entre nosotros; la historia viva se está convirtiendo en historia escrita. Por lo tanto, debemos mantener viva esa memoria para inspirar y guiar a las nuevas generaciones en la defensa de los derechos fundamentales, el Estado de Derecho y la democracia.
Preservar y transmitir la memoria de las atrocidades del pasado a la siguiente generación de europeos ayuda a concienciar y a resaltar la importancia de defender los derechos humanos de todos los europeos.
Debemos seguir contando la historia de lo que ocurrió en Europa en el pasado, para no cometer los mismos errores en el futuro.
Antecedentes
El 23 de agosto de 1939, la Alemania nazi y la Unión Soviética firmaron el pacto Molotov-Ribbentrop, que dividió a Europa Central y Oriental y condujo a la violación de los derechos fundamentales de decenas de millones de personas durante uno de los períodos más oscuros de la historia de nuestro continente. Incluso después del final de la Segunda Guerra Mundial, muchos europeos siguieron sufriendo durante décadas bajo regímenes totalitarios.
La manifestación de la Vía Báltica tuvo lugar el 23 de agosto de 1989, coincidiendo con el 50º aniversario de la firma del Pacto Molotov-Ribbentrop. Los ciudadanos bálticos formaron una cadena humana de 600 kilómetros a lo largo de Estonia, Letonia y Lituania. Fue una manifestación pacífica que unió a los tres países en su lucha por la libertad.
Este año también se celebra el 30º aniversario del Picnic Paneuropeo, una manifestación por la paz que tuvo lugar el 19 de agosto de 1989 en Sopron, ciudad cercana a la frontera de Hungría con Austria. Los ciudadanos se reunieron alrededor de la valla fronteriza para mostrar su solidaridad y amistad en un acto organizado por las autoridades de ambos países. El picnic paneuropeo es uno de los acontecimientos de 1989 que allanaron el camino hacia la unificación y el fin del Telón de Acero.
Aunque el final de la Segunda Guerra Mundial marcó la derrota del régimen nazi, muchos europeos siguieron sufriendo regímenes totalitarios durante décadas.
Más información
Vídeo: Vice-Presidente Frans Timmermans y nuestros valores comunes
Deja una respuesta