La reducción de los residuos es un elemento clave de la estrategia europea para pasar a una economía circular eficiente en el uso de los recursos y neutra desde el punto de vista climático. La generación de residuos en toda Europa aumentó un 5,2% entre 2014 y 2018, mientras que el PIB aumentó un 14,8% en la UE, según el informe de la AEMA «Progreso hacia la prevención de residuos en Europa – el caso de la prevención de residuos textiles. Las mismas tendencias de datos también muestran que la adopción de los primeros programas de prevención de residuos por parte de los países, aplicables en la mayoría de los países de la UE desde 2013 o antes, fue insuficiente para disminuir la cantidad de residuos generados.
El análisis muestra que la generación de residuos sigue siendo muy dependiente de la evolución de la economía, pero, en general, la UE ha sido capaz de lograr un crecimiento de la generación de residuos inferior al crecimiento económico, o la llamada disociación relativa. Aun así, hay que hacer más para garantizar que los residuos disminuyan en términos reales en una economía en crecimiento. La adopción de objetivos concretos -un fuerte impulso para la elaboración de políticas- ayudaría a consolidar la política de prevención a nivel nacional y de la UE.
El análisis de la AEMA examinó los programas nacionales de prevención de residuos y, en concreto, los flujos de residuos en los que se centra, los indicadores, los objetivos y las medidas de prevención. El análisis reveló que, hasta este año, 10 de los 32 países examinados no tienen un programa de prevención de residuos, tal como exige la legislación de la UE.
Los residuos textiles en el punto de mira
Los residuos textiles se beneficiarían en gran medida de la mejora de las medidas de prevención de residuos, ya que se trata de un flujo de residuos de rápido crecimiento e impacto medioambiental asociado a pautas de consumo insostenibles. El europeo medio genera aproximadamente 11 kg de residuos textiles al año.
Prevenir los residuos textiles es una tarea que tiene un gran potencial, principalmente a través de la reducción del consumo de textiles, el diseño ecológico y, en última instancia, la reutilización. Para facilitarlo, hay que hacer hincapié en el diseño de los productos para promover materiales duraderos y de larga duración, al tiempo que hay que apoyar la reparación ( con el uso de exenciones fiscales, por ejemplo) y la reutilización ( a través de la normativa, por ejemplo).
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