¿Cómo pueden los científicos responder a las enfermedades infecciosas que se transmiten de los animales a los humanos? Una iniciativa europea tiene las respuestas.
Las zoonosis, enfermedades que pueden propagarse entre los animales y los seres humanos constituyen un gran porcentaje de todas las enfermedades infecciosas recientemente identificadas. Dado que representan una amenaza mundial persistente para la salud pública, los científicos se esfuerzan por elaborar estrategias que permitan hacer frente con eficacia a los brotes generalizados, como la nueva enfermedad coronavírica (COVID-19).
El proyecto ZAPI, financiado por la Unión Europea, está a la vanguardia de este esfuerzo. Iniciado en marzo de 2015, se ha centrado en el establecimiento de una respuesta rápida a las nuevas amenazas de enfermedades infecciosas más importantes en Europa y en todo el mundo. Para ello diseñó nuevos procesos de fabricación para proporcionar instrumentos de control eficaces y rápidos (vacunas, anticuerpos) contra las enfermedades zoonóticas (re)emergentes con potencial pandémico. Al reunir a instituciones de investigación humana y veterinaria, ONG, organismos reguladores, grupos académicos de expertos y fabricantes de vacunas y biotecnología, la ZAPI utilizó el enfoque «One Health».
Según la OMS, el enfoque «One Health» supone la elaboración y aplicación de programas, políticas, legislación e investigaciones en los que varios sectores colaboran para lograr mejores resultados en materia de salud pública. En un documento de preguntas y respuestas de la OMS se afirma:
«Muchos de los mismos microbios infectan a los animales y a los seres humanos, ya que comparten los ecosistemas en los que viven. Los esfuerzos de un solo sector no pueden prevenir o eliminar el problema»
Usando modelos zoonóticos recientes
La ZAPI, que ha trabajado en la lucha contra brotes como los causados por coronavirus, utilizó tres modelos prototipo diferentes de enfermedades que han aparecido en los últimos años y que son de naturaleza zoonótica. Estos son el coronavirus del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV), el virus de Schmallenberg (SBV) y el virus de la fiebre del Valle del Rift (RVFV). Es poco probable que el VSB pueda suponer un riesgo para los humanos, según el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades. El MERS-CoV y el SARS-CoV-2, el virus responsable de la pandemia COVID-19, están relacionados genéticamente, como se señala en una noticia.
Jean-Christophe Audonnet, del coordinador del proyecto Merial Animal Health Ltd, dice: «Una plataforma es una metodología o tecnología genérica que puede utilizarse para múltiples objetivos; en el caso de las vacunas, lo único que cambiará será el inmunógeno. Es un conjunto de diferentes componentes, así que la forma en que fabricamos la vacuna será siempre la misma». Añade que aunque es poco probable que produzca tecnología que pueda abordar cada nuevo virus, «el diseño del sistema ZAPI es lo suficientemente flexible como para abordar alrededor del 90% de todos los objetivos a los que podemos enfrentarnos».
Los resultados de la ZAPI (Iniciativa de Anticipación y Preparación Zoonótica) pueden aplicarse directamente al SARS-CoV-2, según el Dr. Audonnet. «Es un experimento de la vida real ahora para nosotros. Un factor que debemos explorar mejor a través del diálogo es cómo podemos reducir los plazos de las decisiones clave – políticas y reglamentarias», dice.
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