En las últimas semanas, en la mayoría de los países, las guarderías, escuelas y jardines de infancia han cerrado debido a la pandemia de coronavirus. Para muchos padres que tienen un trabajo, equilibrar el trabajo y las responsabilidades familiares es ahora un gran desafío, especialmente para aquellos que trabajan con niños pequeños.
En la Unión Europea (UE), en 2019, casi 42 millones de adultos vivían en hogares con al menos un niño de menos de seis años. Casi un tercio de estos adultos (32%) vivía en hogares donde todos los adultos trabajaban a tiempo completo. Alrededor de uno de cada cinco (22%) vivía en hogares donde todos los adultos trabajaban, y al menos uno de ellos trabajaba a tiempo parcial. Además, dos de cada cinco (39%) vivían en hogares donde al menos un adulto no trabajaba y otro sí, mientras que el 7% vivía en hogares donde ninguno de los miembros adultos trabajaba.
Más niños, menos tiempo
Alrededor de 34 millones de adultos en la UE vivían en hogares con uno o dos niños (el más joven tenía menos de 6 años). El hecho de que haya uno o dos niños en el hogar no supone una diferencia significativa en el patrón de trabajo de los adultos de ese hogar.
De hecho, entre los adultos que vivían en hogares con un niño o dos niños, la gran mayoría (56% y 57% respectivamente) vivían en hogares donde todos los adultos trabajaban, el 37% vivía en hogares donde al menos un adulto no trabajaba y un adulto trabajaba, y el 6% vivía en hogares donde ningún adulto trabajaba. Lo que sí difiere ligeramente entre los dos tipos de hogares (con un niño o dos niños), es la proporción de adultos que viven en hogares donde todos los miembros adultos trabajan a tiempo completo (36% frente a 33%).
Trabajar a tiempo completo es menos común entre los adultos que viven en hogares con tres o más niños (21%). Este grupo representaba casi 8 millones de adultos en la UE en 2019. La mayor parte de ellos vivía en hogares donde al menos un adulto trabajaba y otro no (47%). Por otro lado, el 20% de ellos vivía en hogares donde todos los adultos trabajaban y al menos uno de ellos trabajaba a tiempo parcial. El resto de los padres vivían en hogares donde ninguno de los miembros adultos trabajaba (12%).
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