Negociaciones
Las negociaciones del presupuesto a largo plazo de la UE nunca son fáciles. El denominado “marco financiero plurianual”, que suele cubrir un periodo de siete años, en esta ocasión de 2021 a 2027, y determina el rumbo que adopta la Unión en el futuro más próximo, ha sido una de las cuestiones en la agenda del Consejo Europeo del 12 y 13 de diciembre.
Antes de la cumbre, los eurodiputados reconocieron abiertamente tener unas “expectativas modestas” acerca de los avances de la negociación en esta última cumbre de líderes europeos del año.
Los negociadores del Parlamento instan al Consejo a que adopte su posición sobre cómo debería ser el próximo presupuesto y recuerdan que solo queda un año. Advierten que retrasar su implementación, como ocurrió en 2014, siempre entraña riesgos para la UE, como la pérdida de empleos.
El Parlamento y la Comisión llevan listos desde 2018 para empezar a negociar las cuentas comunitarias con el Consejo, que por ahora no ha logrado un acuerdo entre países.
Uno de los negociadores del Parlamento, Jan Olbrycht (PPE, Polonia), confió en que el Consejo Europeo, presidido por primera vez por el ex primer ministro belga Charles Michel, al menos establezca una agenda clara y un calendario para 2020 sobre cómo planea finalizar la adopción del marco financiero.
Cifras finlandesas
A principios de este mes, la presidencia finlandesa de turno del Consejo de la UE publicó un cuadro base de negociación. La eurodiputada Margarida Marques, (Portugal, S&D), responsable del capítulo del gasto en la negociación, calificó estas cifras de «inaceptables».
El Parlamento quiere un presupuesto de inversión posterior a 2020 que coincida con los compromisos y ambiciones políticas de la UE para el futuro, por ejemplo en la lucha contra el cambio climático y la investigación, así como para garantizar la continuidad de las principales políticas de la UE, como la agricultura común y la cohesión .
Reforma de los ingresos
El Parlamento también propone una reforma del lado de los ingresos para incluir más recursos propios, como un nuevo esquema de impuestos corporativos (incluida la tributación de las grandes empresas en el sector digital), los ingresos del Sistema de Comercio de Emisiones y un impuesto sobre los plásticos. Nuevas fuentes de ingresos crearían ahorros para los Estados miembros, ya que reducirían las contribuciones directas.
Según la última encuesta del Eurobarómetro, casi el 60% de los ciudadanos en los 28 Estados miembros creen que su país se ha beneficiado de pertenecer a la UE y quieren que el Parlamento desempeñe un papel más importante. Quieren que la UE trabaje conjuntamente en temas transfronterizos como el cambio climático y la lucha contra el terrorismo.
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