Cambiar a un modo de vida más ecológico es crucial para hacer frente a la emergencia climática y reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles, sobre todo los procedentes de Rusia.
La UE y sus 27 países han adoptado nuevas normas comunes con el llamado «paquete Fit for 55 » para reducir la huella de carbono de la UE. El objetivo es reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero al menos un 55% de aquí a 2030.
He aquí 8 ejemplos de cómo será la vida en la UE en 2030.
1- Los hogares funcionan con energía más limpia
Cualquier plan de reducción de emisiones en la UE debe empezar por reducir el impacto del carbono en el sector energético, que abastece a edificios, industrias y transportes. En la actualidad, este sector representa el 75% de todas las emisiones de la UE.
Con las nuevas normas, en 2030 los europeos obtendrán el 42,5% de toda su energía de fuentes renovables, desde la solar y la eólica hasta la hidroeléctrica y la geotérmica. Las energías renovables son baratas de generar, pueden producirse en la UE y se benefician de recursos naturales gratuitos e infinitos.
Como hasta ahora el uso de energías renovables ha sido desigual en los distintos sectores económicos, las nuevas normas pretenden fijar objetivos específicos para cada sector: por ejemplo, definir la cuota de energía renovable que debe utilizarse en los edificios, o de hidrógeno renovable que debe utilizar la industria.
El paso a las energías renovables reduce las emisiones de gases de efecto invernadero del sector energético, y también mejora la calidad del aire y la salud humana.
La nueva legislación también abordará, por primera vez, las emisiones de metano generadas en el sector energético, imponiendo límites más estrictos y haciendo obligatorios el seguimiento y la notificación.
2.- Los coches contaminan menos que antes
Los vehículos de carretera son actualmente la mayor fuente de emisiones del transporte en la UE, con un 71% del total.
Aunque los vehículos propulsados por combustibles fósiles -gasolina, gasóleo y gas- seguirán circulando por nuestras calles en los próximos años, las nuevas normas de la UE allanarán el camino a coches y furgonetas más limpios.
Para 2030, las emisiones de los coches y furgonetas nuevos tendrán que reducirse por término medio a la mitad en comparación con las emisiones de 2021. Cinco años después, los coches y furgonetas nuevos que se comercialicen en la UE tendrán que ser de emisiones cero.
Las nuevas normas para ecologizar el sector entrarán en vigor por etapas, lo que dará a los fabricantes la oportunidad de adaptarse a ellas.
Los nuevos vehículos -eléctricos o propulsados por combustibles alternativos, como el hidrógeno- necesitarán emplazamientos e infraestructuras para repostar y recargar. Por eso está previsto construir muchos más puntos de recarga y repostaje en toda la UE de aquí a 2030.
3.- Los edificios no emitenCO2
Los edificios son hoy responsables de más de un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero en la UE.
Es fundamental reducir las emisiones de los edificios, ya sea reduciendo el consumo de energía o aumentando el uso de energías renovables.
Las nuevas normas propuestas fijarían estándares de eficiencia energética más ambiciosos para los edificios residenciales y no residenciales.
Según esas normas, todos los edificios nuevos tendrían que ser de emisiones cero para 2030 y los certificados de eficiencia energética para esos edificios serían obligatorios.
Los nuevos edificios residenciales tendrían que contar con instalaciones de energía solar. También habría un mayor número de puntos de recarga y plazas de aparcamiento para bicicletas y coches eléctricos.
La legislación también pretende animar a los propietarios de toda la UE a renovar sus edificios, con el objetivo último de garantizar que todos los edificios de la UE sean de emisiones cero en 2050.
4.- Los materiales de construcción son más ecológicos
Producir cemento, acero y vidrio requiere grandes cantidades de energía y tiene un elevado coste ambiental.
La legislación de la UE ofrece incentivos financieros para que esas industrias reduzcan sus emisiones.
El régimen comunitario de comercio de derechos de emisión (RCCDE) pone precio a las emisiones de CO2 mediante un sistema de comercio de «permisos de emisión de carbono». El número de permisos disponibles cada año se reducirá gradualmente, con el objetivo de reducir las emisiones.
El actual RCCDE abarca unas 10 000 grandes instalaciones de los siguientes sectores
- generación de electricidad y calor
- sectores industriales que consumen mucha energía (como las refinerías de petróleo, el acero y el cemento)
- aviación comercial en el Espacio Económico Europeo
Las nuevas normas incluyen un objetivo de reducción de emisiones más ambicioso para esos sectores de aquí a 2030. El sector marítimo también estará cubierto por el comercio de derechos de emisión.
Se creará un mercado del carbono independiente para las empresas que vendan combustibles fósiles para su uso en edificios, transporte por carretera y pequeña industria.
Debido a los elevados precios del carbono, existe el riesgo de que determinadas industrias que consumen mucha energía aumenten su producción fuera de la UE, en países con políticas climáticas menos estrictas.
Para hacer frente a este riesgo, conocido como «fuga de carbono», los importadores de determinados productos sujetos al mecanismo de ajuste en la frontera del carbono (CBAM) tendrán que compensar la diferencia del precio del carbono a partir de 2026.
Entre los productos cubiertos por el mecanismo figuran: hierro y acero, cemento, fertilizantes, aluminio, hidrógeno y electricidad
5.- Los electrodomésticos consumen menos energía
Producir energía de forma limpia es sólo la mitad de la batalla: no malgastarla es igual de importante. De hecho, ahorrar energía es la solución más rentable para un sector energético respetuoso con el clima.
Los electrodomésticos son sólo uno de los objetivos de la legislación de la UE sobre eficiencia energética. Otras formas de ahorrar energía son las reformas a medida de los edificios para mejorar el aislamiento, la implantación de contadores inteligentes en los servicios públicos, la mejora de la supervisión y certificación de los sistemas energéticos y los avances tecnológicos para reducir el consumo de energía en el transporte.
Las nuevas normas obligarán a los países de la UE a reducir el consumo de energía en un 38% de aquí a 2030 (para el consumo final de energía, es decir, la cantidad de energía consumida por los usuarios finales), lo que supone un 5,5% más de lo que los Estados miembros de la UE se comprometieron en 2018.
Cada Estado miembro tendrá que tomar medidas para reducir el consumo de energía. Los sectores más afectados son: edificios, industria, transporte
6.- Volar tiene una menor huella de carbono
En la actualidad, la aviación depende casi exclusivamente de los combustibles fósiles. Viajar en avión tiene un gran impacto en el balance global de emisiones de la UE. Por ejemplo, un vuelo de ida y vuelta de Lisboa a Nueva York genera aproximadamente el mismo nivel de emisiones que un habitante medio de la UE al calentar su casa durante todo un año.
Con las nuevas normas, el sector de la aviación verá aumentar el uso de combustibles sostenibles. Se exigirá a los proveedores de combustible de aviación que aumenten gradualmente la proporción de combustibles sostenibles (como combustibles sintéticos o biocombustibles avanzados) que distribuyen.
Los vuelos dentro de la UE seguirán incluidos en el régimen comunitario de comercio de derechos de emisión, que incentiva a las compañías aéreas a reducir sus emisiones. La reducción progresiva de los derechos gratuitos (para emitir carbono) empujará a las compañías aéreas a tomar nuevas medidas para reducir sus emisiones.
Para los vuelos de la UE al resto del mundo, existe otra medida: las compañías aéreas están obligadas a compensar las emisiones de acuerdo con las normas definidas por la Organización de Aviación Civil Internacional.
7. –El transporte marítimo es más respetuoso con el clima
Además de poner un precio al carbono en el transporte marítimo, las nuevas normas exigirán que los buques que hagan escala en puertos europeos y pesen más de 5 000 toneladas brutas -ya sean de carga o de crucero- reduzcan gradualmente sus emisiones de aquí a 2030 y más allá.
Al igual que la aviación, el sector marítimo utiliza predominantemente combustibles fósiles. La nueva legislación fomentará el uso de combustibles más sostenibles, sobre todo en los buques más grandes, que generan el 90% de todas las emisiones del sector marítimo. Se aplicarán algunas excepciones, por ejemplo a los buques pesqueros.
Además, los buques amarrados deberán tener acceso a instalaciones de recarga en tierra a partir de 2030 para mitigar la contaminación atmosférica en los puertos, que suelen estar cerca de zonas densamente pobladas.
8.- La naturaleza es una aliada contra el cambio climático
Aunque la máxima prioridad es reducir rápidamente las emisiones, la eliminación deCO 2 de la atmósfera también contribuirá a reducir nuestra huella de carbono y ayudará a la UE a alcanzar su objetivo de neutralidad climática.
Potenciar la eliminación deCO2 mediante «sumideros» de carbono será cada vez más importante para compensar las emisiones más difíciles de eliminar. Los sumideros incluyen soluciones naturales y tecnológicas.
Los árboles y otras plantas actúan como sumideros naturales que absorbenCO2 de la atmósfera y lo capturan como parte de su fotosíntesis natural.
La UE se propone aumentar progresivamente sus sumideros naturales, y se ha fijado un nuevo y ambicioso objetivo de aumentar la absorción neta en un 25% respecto al nivel de absorción alcanzado en el conjunto de la UE en 2019.
Hacer realidad la transición ecológica exigirá grandes transformaciones e inversiones. Para el actual presupuesto a largo plazo, que abarca hasta 2027, los países de la UE han decidido dedicar hasta el 30% de toda la financiación de la UE a medidas relacionadas con el clima, lo que supone casi 550.000 millones de euros. Otros fondos, como el Fondo de Innovación y el Fondo de Modernización del RCDE de la UE, así como el Fondo Social para el Clima, también contribuirán al cambio hacia políticas más ecológicas.
Esta financiación no sólo respalda proyectos nuevos e innovadores, sino que también proporciona ayuda financiera a los ciudadanos y empresas que soportan el coste de la transición. Por ejemplo, los ciudadanos vulnerables que tienen dificultades para pagar sus facturas de energía pueden optar a una ayuda financiera del futuro Fondo Social para el Clima.
Más información: Consejo Europeo
Deja una respuesta