Tras una fuerte expansión en 2022, se espera que la actividad económica se ralentice en 2023. La resiliencia del mercado laboral y la aplicación del Plan de Recuperación y Resiliencia (PRR) sostendrán el crecimiento, que se prevé se acelere aún más en 2024.
Se prevé que la inflación general se modere gracias a la bajada de los precios de la energía. El déficit de las Administraciones Públicas, aún elevado, seguirá disminuyendo, pero de forma más gradual que en los dos últimos años, debido al menor crecimiento de los ingresos.
Indicadores | 2022 | 2023 | 2024 |
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Crecimiento del PIB (%, interanual) | 5,5 | 1,9 | 2,0 |
Inflación (%, interanual) | 8,3 | 4,0 | 2,7 |
Desempleo (%) | 12,9 | 12,7 | 12,4 |
Balance de las administraciones públicas (% del PIB) | -4,8 | -4,1 | -3,3 |
Deuda pública bruta (% del PIB) | 113,2 | 110,6 | 109,1 |
Saldo por cuenta corriente (% del PIB) | 0,6 | 1,6 | 1,5 |
Se espera una recuperación gradual de la actividad económica
La economía española registró un crecimiento del 5,5% en 2022. Estos buenos resultados se derivan de un primer semestre muy positivo, favorecido por la reactivación del consumo privado y el impulso proporcionado por el repunte del turismo. En el segundo semestre, el crecimiento del PIB real se ralentizó significativamente debido a las presiones generalizadas sobre los precios que afectaron al consumo y a la inversión.
En el primer trimestre de 2023, el PIB real registró un crecimiento trimestral del 0,5%, impulsado en gran medida por la contribución de la demanda externa gracias al excelente comportamiento del sector turístico. Se prevé que la actividad económica crezca globalmente un 1,9% este año, beneficiándose también de un efecto arrastre de 2022 más fuerte de lo previsto. A lo largo del año, se prevé que el consumo se recupere de la contracción registrada en el cuarto trimestre de 2022 y en el primer trimestre de 2023, gracias a la continua resiliencia del mercado laboral y al aumento de los ingresos reales de los pensionistas y los trabajadores con salario mínimo. La continua movilización de fondos de los PRR contribuirá a sostener la inversión, especialmente en la construcción no residencial, mientras que la disminución de los precios de importación previstos y la reducción de los cuellos de botella en la cadena de suministro deberían favorecer el repunte de los bienes de equipo, tras la fuerte caída registrada en el segundo semestre de 2022. La plena recuperación del turismo internacional hasta los niveles anteriores a la pandemia y el efecto positivo sobre la competitividad derivado de la bajada prevista de los precios de la energía mejorarán aún más los resultados del sector exterior. La brecha con el nivel de producción prepandémico (2019-Q4), del 0,9% en 2022-Q4, se cerrará entre el segundo y el tercer trimestre de 2023. Se prevé que el crecimiento del PIB real se acelere en 2024 hasta el 2,0% gracias a la vigorización de la demanda interna, incluida una mayor contribución de la inversión.
Spring 2023 Economic Forecast
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Los riesgos de deterioro de las perspectivas están relacionados con el impacto adverso del endurecimiento de las condiciones financieras sobre la situación económica de los hogares y las empresas, habida cuenta del elevado nivel de deuda externa, pública y privada. Por otra parte, en el caso de los hogares, mientras que la mayor parte de los nuevos préstamos hipotecarios se conceden con tipos de interés fijos, el volumen pendiente sigue concentrándose en los préstamos a tipo variable.
Mercado laboral sólido en medio de crecientes presiones salariales
El mercado laboral registró buenos resultados en 2022 gracias a la creación sostenida de empleo y a la reducción de la proporción de empleados temporales en el sector privado. La tasa de desempleo alcanzó el 12,9% en 2022. Se prevé que se mantenga elevada, aunque con una ligera tendencia a la baja, hasta el 12,7% en 2023 y el 12,4% en 2024. Tras el importante descenso en términos reales registrado en 2022, se espera que el crecimiento de los salarios nominales se acelere en 2023, aunque aún se mantendrá ligeramente por debajo de la inflación media anual de este año.
La inflación se desacelerará gracias a la bajada de los precios de la energía
La inflación global alcanzó una media del 8,3% en 2022, pero descendió al 5,7% interanual en el cuarto trimestre de 2022 y se espera que siga desacelerándose en 2023, debido principalmente a la moderación de los precios de la energía. Además, se prevé que la prórroga hasta finales de 2023 de la mayoría de las medidas de apoyo del Gobierno adoptadas el año pasado y la introducción de otras adicionales, incluida la reducción del IVA sobre varios productos alimenticios, contribuyan también al descenso progresivo de la inflación general. En conjunto, se prevé que alcance el 4,0% en 2023 y siga disminuyendo hasta el 2,7% en 2024. No obstante, la transmisión de los precios de la energía y los alimentos a otros bienes y servicios, que se hizo cada vez más visible a partir del último trimestre de 2022, hará que la inflación subyacente se mantenga elevada durante el periodo de previsión. Los riesgos al alza resultantes de un ajuste salarial más rápido, derivados también de la ampliación de las cláusulas de inflación y del aumento del 8% del salario mínimo, podrían alimentar una inflación subyacente aún más elevada.
El déficit público seguirá reduciéndose aunque el dinamismo de los ingresos se desvanezca
El déficit público siguió mejorando en 2022, disminuyendo hasta el 4,8% del PIB, impulsado esencialmente por la fortaleza de los ingresos. Los ingresos por el impuesto de sociedades crecieron un 11,1%, reflejando la recuperación de los beneficios tras la pandemia, mientras que el dinamismo de la creación de empleo apoyó el sólido comportamiento de los ingresos por el impuesto sobre la renta de las personas físicas, que crecieron un 16,2% en 2022. Los ingresos por IVA también registraron un crecimiento de dos dígitos (13,1%) impulsados por el fuerte consumo privado, la recuperación del turismo internacional, el dinamismo del sector inmobiliario y el fuerte aumento de las importaciones nominales.
El coste presupuestario neto de las medidas de apoyo a la energía se sitúa en las previsiones de primavera de la Comisión para 2023 en el 0,6% del PIB en 2023, frente al 1,6% en 2022. La reducción de los impuestos sobre la electricidad y el gas y el bono social se han prorrogado, mientras que la rebaja de los carburantes se ha hecho más específica. Los datos disponibles para los primeros meses de 2023 apuntan a un dinamismo continuado de los ingresos, pero con cierta desaceleración, que se espera continúe a lo largo del año. Por el lado de los gastos, se prevé un crecimiento moderado, en línea con el PIB nominal. La evolución del déficit en 2023 también se ve afectada por la supuesta supresión completa de las medidas temporales de emergencia COVID-19, que se estima ascendieron al 0,5% del PIB en 2022. El déficit de las Administraciones Públicas se reducirá, aunque de forma más gradual que anteriormente, hasta el 4,1% del PIB en 2023.
La Comisión parte actualmente de la hipótesis de una supresión total de casi todas las medidas de apoyo a la energía en 2024, lo que contribuirá a la disminución del déficit al 3,4%. El ratio deuda/PIB disminuyó fuertemente en 2022, en 5,1 puntos porcentuales, hasta situarse en el 113,2%, impulsado por el elevado crecimiento del PIB nominal. Se prevé que la deuda pública siga disminuyendo, pero de forma más gradual, hasta el 111,5% en 2023 y el 110,3% en 2024, debido también al crecimiento del PIB nominal.
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