«El anuncio del presidente Trump de imponer aranceles universales a todo el mundo, incluida la UE, es un duro golpe para la economía mundial.
Lamento profundamente esta decisión. Seamos claros sobre las inmensas consecuencias. La economía mundial se resentirá enormemente. La incertidumbre se disparará y provocará el aumento del proteccionismo.
Las consecuencias serán nefastas para millones de personas en todo el mundo. También para los países más vulnerables, que ahora están sujetos a algunos de los aranceles estadounidenses más elevados. Todo lo contrario de lo que queremos conseguir.
Los aranceles también perjudicarán a los consumidores de todo el mundo. Se notará inmediatamente. Millones de ciudadanos tendrán que hacer frente a facturas de la compra más elevadas. Los medicamentos costarán más, así como el transporte. La inflación subirá. Y esto perjudica sobre todo a los ciudadanos más vulnerables.
Todas las empresas -grandes y pequeñas- sufrirán desde el primer día. Desde una mayor incertidumbre hasta la interrupción de las cadenas de suministro, pasando por la onerosa burocracia. El coste de hacer negocios con Estados Unidos aumentará drásticamente. Y lo que es más, no parece haber orden en el desorden.
No hay un camino claro a través de la complejidad y el caos que se está creando al verse afectados todos los socios comerciales de Estados Unidos. En los últimos ochenta años, el comercio entre Europa y Estados Unidos ha creado millones de puestos de trabajo. Los consumidores del otro lado del Atlántico se han beneficiado de precios reducidos. Las empresas se han beneficiado de enormes oportunidades que han dado lugar a un crecimiento y una prosperidad sin precedentes. Al mismo tiempo, sabemos que el sistema de comercio mundial presenta graves deficiencias.
Estoy de acuerdo con el presidente Trump en que otros se aprovechan injustamente de las normas actuales. Y estoy dispuesto a apoyar cualquier esfuerzo para que el sistema de comercio mundial se adapte a las realidades de la economía mundial. Pero también quiero ser claro: recurrir a los aranceles como primera y última herramienta no lo arreglará. Por eso, desde el principio, siempre hemos estado dispuestos a negociar con EE.UU. para eliminar cualquier barrera al comercio transatlántico.
Al mismo tiempo, estamos preparados para responder. Ya estamos ultimando un primer paquete de contramedidas en respuesta a los aranceles sobre el acero. Y ahora estamos preparando otras contramedidas, para proteger nuestros intereses y nuestras empresas si fracasan las negociaciones. También vigilaremos de cerca los efectos indirectos que puedan tener estos aranceles, porque no podemos absorber el exceso de capacidad mundial ni aceptaremos el dumping en nuestro mercado
Como europeos, siempre promoveremos y defenderemos nuestros intereses y valores. Y siempre defenderemos a Europa. Pero hay un camino alternativo. No es demasiado tarde para abordar las preocupaciones mediante negociaciones. Por eso nuestro Comisario de Comercio, Maros Šefčovič, está permanentemente en contacto con sus homólogos estadounidenses. Trabajaremos para reducir las barreras, no para aumentarlas. Pasemos de la confrontación a la negociación.
Por último, también me gustaría dirigirme directamente a mis conciudadanos europeos. Sé que muchos de ustedes se sienten defraudados por nuestro más antiguo aliado. Sí, debemos prepararnos para el impacto que esto tendrá inevitablemente. Europa tiene todo lo que necesita para superar esta tormenta. Estamos juntos en esto. Si te enfrentas a uno de nosotros, te enfrentas a todos nosotros. Por eso nos mantendremos unidos y nos defenderemos mutuamente. Nuestra unidad es nuestra fuerza.
Europa tiene el mayor mercado único del mundo -450 millones de consumidores-, que es nuestro puerto seguro en tiempos tumultuosos. Y Europa estará al lado de los directamente afectados. Ya hemos anunciado nuevas medidas de apoyo a los sectores del acero y el automóvil.
La semana pasada limitamos la cantidad de acero que puede importarse a Europa libre de aranceles. Esto dará más respiro a estas industrias estratégicas.
Ahora también convocaremos Diálogos Estratégicos con los sectores siderúrgico, automovilístico y farmacéutico. Y seguirán otros.
Europa está unida por nuestras empresas, por nuestros trabajadores y por todos los europeos. Y seguiremos tendiendo puentes con todos aquellos que, como nosotros, se preocupan por un comercio justo y basado en normas como base de una prosperidad compartida.
Gracias».
Más información: Comisión Europea
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