Apoyo a los jóvenes y niños en riesgo de pobreza
Según el acuerdo, los países de la UE en los que el número de niños con alto riesgo de pobreza es superior a la media de la UE tendrán que gastar un mínimo del 5% de los recursos del FSE+ en acciones que contribuyan a la igualdad de acceso de los niños a la asistencia sanitaria gratuita, la educación gratuita, la atención infantil gratuita, una vivienda digna y una nutrición adecuada. Otros Estados miembros también tienen que destinar parte de sus fondos a combatir la pobreza infantil.
Todos los Estados miembros tendrán que abordar el desempleo juvenil en sus programas de gasto, un problema que se ha visto agravado por la crisis COVID-19. En los países en los que el número de jóvenes que no tienen empleo, educación o formación (tasa NEET) es superior a la media de la UE, el 12,5% del fondo se destinará a combatir el desempleo juvenil. Puede tratarse de medidas como la educación y la formación profesional, en particular el aprendizaje, y la transición de la escuela al trabajo.
Ayudar a los que más lo necesitan
El Parlamento negoció disponer de un presupuesto dedicado a la lucha contra la pobreza extrema en cada Estado miembro. Al menos el 3% se destinará a los que más lo necesitan a través de la alimentación y la asistencia material básica o haciendo frente a la privación material, que se define como la incapacidad de pagar gastos imprevistos, una calefacción adecuada, comidas nutritivas o bienes duraderos.
Otras medidas acordadas
- El 25% de los fondos se destinará a la inclusión social, incluida la integración socioeconómica de los grupos desfavorecidos;
- Financiación adecuada para el desarrollo de capacidades de los interlocutores sociales en los Estados miembros;
- Garantías para asegurar que los proyectos financiados con dinero de la UE respeten plenamente los derechos fundamentales.
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