La importancia geopolítica y estratégica de Turquía no justifica su deriva democrática, según el Parlamento, que insiste en que los criterios de adhesión a la UE no son negociables.
En el contexto actual, y pese a las aspiraciones democráticas y proeuropeas de una parte significativa de la sociedad turca, el proceso de incorporación de Turquía a la Unión Europea no puede reanudarse, advierten los eurodiputados en un informe aprobado el miércoles con 367 votos a favor, 74 en contra y 188 abstenciones.
El Parlamento hace hincapié en que el Gobierno turco no ha abordado las deficiencias democráticas. Los eurodiputados apuntan a una «transición hacia un marco diferente de relaciones, que podría producirse a expensas del proceso de adhesión». El PE insta al Gobierno turco, a las instituciones comunitarias y a los Estados miembros a seguir trabajando en pos de una relación más estrecha, dinámica y estratégica, centrada especialmente en la acción por el clima, la seguridad energética, la cooperación antiterrorista y la estabilidad regional.
Los criterios de adhesión a la UE no son negociables
Los eurodiputados manifiestan una profunda preocupación ante el persistente deterioro de los principios democráticos en Turquía y la represión sistemática de las voces disidentes. Condenan con firmeza la respuesta violenta a las recientes manifestaciones pacíficas multitudinarias, así como el enjuiciamiento de cientos de participantes en procesos judiciales acelerados y sin garantías ni pruebas para sustentar una acusación penal.
Asimismo, consideran que los ataques dirigidos contra el alcalde de Estambul, Ekrem İmamoğlu, responden a una motivación política, con el objetivo de impedir la candidatura de un rival con posibilidades frente al presidente Erdoğan en las próximas elecciones. De esta manera, las autoridades turcas empujan cada vez más el país hacia un modelo de gobierno completamente autoritario.
El informe recuerda que la adhesión a la Unión Europea exige el cumplimiento pleno de criterios específicos, como la existencia de instituciones estables que garanticen la democracia, el Estado de Derecho, los derechos humanos, la protección de las minorías, el respeto del derecho internacional, buenas relaciones con los países vecinos y la alineación con la política exterior y de seguridad común de la UE. «Se trata de criterios absolutos y no de cuestiones sujetas a consideraciones estratégicas y negociaciones transaccionales», recalca el pleno.
Los eurodiputados también condenan la reciente visita ilegal del presidente Erdoğan a las áreas ocupadas de la República de Chipre y sus «declaraciones provocadoras», que describen como una acción unilateral que equivale a una intervención directa ilegítima contraria a los intereses de las comunidades griega y turcochipriota.
Inciden en que las aspiraciones democráticas y proeuropeas de la mayoría de la sociedad turca, en particular los jóvenes, son una razón fundamental para mantener el proceso de adhesión vivo, aunque sea congelado.
Cooperación más estrecha en ámbitos de interés estratégico común
Los eurodiputados reconocen la relevancia estratégica y geopolítica de Turquía, así como su creciente influencia en regiones clave para la seguridad internacional, como el mar Negro, Ucrania y Oriente Próximo. Subrayan que Turquía es un socio estratégico, aliado en el marco de la OTAN, y un país con el que la Unión mantiene vínculos estrechos en los ámbitos de la seguridad, el comercio, la economía y la gestión migratoria. En este contexto, consideran esencial mantener un diálogo constructivo y reforzar la cooperación en sectores de interés compartido. Sin embargo, advierten de que el retroceso democrático y la falta de alineación con la política exterior y de seguridad común de la UE dificultan avanzar hacia una relación más profunda y eficaz.
Más información: Parlamento Europeo
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