Salvaguardar los datos personales en el mundo hiperconectado de hoy es cada vez más vital. Pero ¿cómo debemos proteger los datos personales recopilados a través de distintas fuentes, como plataformas de redes sociales y dispositivos de autoseguimiento? La respuesta está en encontrar el equilibrio adecuado entre el acceso y el uso de los datos, y los beneficios para todos los implicados.
Un equipo de investigación del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) diseñó un juego de cartas como parte de un experimento para demostrar cómo influye el contexto en las decisiones. El estudio, basado en el juego, se publicó en la revista «Humanities and Social Sciences Communications».
La privacidad de los datos no es un juego
Según comentó el coautor Fàbio Duarte, investigador científico principal del Senseable City Lab del MIT, en una nota de prensa: «No hay un valor absoluto en la privacidad. Dependiendo de la aplicación, la gente puede sentir que el uso de sus datos es más o menos invasivo». Para evaluar las opiniones de distintas personas sobre la posible compensación entre las ventajas de las soluciones basadas en datos y la privacidad individual, los investigadores desarrollaron Data Slots. Los jugadores cooperan y compiten entre sí. Al juego han jugado más de 2 000 personas en todo el mundo: en persona en 18 países y en línea en 79. El objetivo es «dejar que la propia gente proponga sus ideas y evalúe las ventajas y los problemas de privacidad de las ideas de sus compañeros, de forma participativa», explicó Carlo Ratti, director del Senseable City Lab. Los jugadores intercambian tarjetas que representan posibilidades de datos, generan ideas para soluciones, evalúan las sugerencias de los demás en cuanto a beneficios y problemas de privacidad y, en última instancia, utilizan la estrategia para idear aplicaciones potenciales para el uso de datos. Las tarjetas representan doce tipos de datos, como un perfil personal, métricas de salud e información sobre la ubicación del vehículo, relacionados con la vida doméstica, el trabajo y los espacios públicos.
Navegar por las complejidades de la privacidad de los datos
Algunos resultados revelan que los participantes en Data Slots se preocupan mucho por los datos sanitarios y reconocen la importancia de utilizar datos ambientales en el trabajo. Cuando hay beneficios evidentes, les importa menos la privacidad de los datos. «Incluso en lo que respecta a los datos sanitarios en los espacios de trabajo, si se utilizan de forma agregada para mejorar el espacio de trabajo, para algunas personas merece la pena combinar los datos sanitarios personales con los datos ambientales», añade Simone Mora, investigador científico del Senseable City Lab. Martina Mazzarello, investigador posdoctoral en el Senseable City Lab, explicó con más detalle: «Ahora quizá la empresa pueda hacer algunas intervenciones para mejorar la salud general. Puede que sea invasivo, pero es posible que te devuelva algunos beneficios». Las ciudades deben conocer mejor la opinión de los ciudadanos sobre la privacidad de los datos. Solo así podrán tomar decisiones más informadas sobre cuestiones como la prestación de mejores servicios de salud pública. «La conclusión es que si las ciudades revelan lo que piensan hacer con los datos y si implican a las partes interesadas residentes para que aporten sus propias ideas sobre lo que podrían hacer, eso sería beneficioso para nosotros —declaró Duarte—. Y en esos supuestos, la preocupación por la privacidad de la gente empieza a disminuir mucho». En general, los resultados muestran que la percepción que la gente tiene de la privacidad puede cambiar debido a diferentes contextos y a cómo se aplican realmente los datos. «Demostramos que los valores atribuidos a los datos son combinatorios, situacionales, transaccionales y contextuales», concluyen los autores.
Más información: Comisión Europea
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