La Comisión Europea adoptó el pasado 5 de noviembre un amplio paquete de medidas sobre transporte. Acelerará el despliegue de la red ferroviaria europea de alta velocidad e impulsará la inversión en combustibles renovables y bajos en carbono para los sectores de la aviación y la navegación.
La competitividad y la sostenibilidad son los principios rectores de este paquete, cuyo objetivo es hacer que el sistema de transportes de la UE sea más eficiente, interconectado, accesible, limpio y resistente. Las medidas presentadas el pasado 5 de noviembre abarcan dos ámbitos clave: el ferrocarril, en el que Europa ya es líder en sostenibilidad, y los combustibles, en los que Europa debe ahora acelerar las inversiones para su transición energética.
Un ferrocarril más rápido y conectado en toda Europa
El nuevo Plan de Acción para el Tren de Alta Velocidad establece las medidas necesarias para crear una red europea más rápida, interoperable y mejor conectada de aquí a 2040. Su objetivo es reducir la duración de los trayectos y hacer del ferrocarril una alternativa más atractiva al transporte aéreo de corta distancia, aumentando así el número de pasajeros e impulsando las economías regionales y el turismo.
Basándose en la Red Transeuropea de Transporte (RTE-T), el plan prevé conectar los principales nodos a velocidades de 200 km/h y superiores. Los pasajeros podrán viajar de Berlín a Copenhague en cuatro horas en lugar de las siete actuales, y de Sofía a Atenas en seis horas en lugar de las 13 horas y 40 minutos actuales. Los nuevos enlaces transfronterizos también permitirán viajes más rápidos y sencillos, como París-Lisboa vía Madrid, y una mejor conectividad entre las capitales bálticas.
Para hacer realidad esta visión, la Comisión propone cuatro líneas de actuación fundamentales:
- Eliminar los cuellos de botella transfronterizos mediante plazos vinculantes que deben fijarse antes de 2027 y la identificación de opciones para velocidades más altas, incluso muy por encima de 250 km/h cuando sea económicamente viable.
- Desarrollar una estrategia de financiación coordinada, que incluya un diálogo estratégico con los Estados miembros, la industria y los financieros que conduzca a un acuerdo sobre el ferrocarril de alta velocidad para movilizar la inversión necesaria.
- Mejorar las condiciones para que el sector ferroviario y los operadores ferroviarios inviertan, desarrollen soluciones innovadoras y operen de forma competitiva, entre otras cosas mediante un entorno reglamentario más atractivo, mejorando los sistemas transfronterizos de expedición y reserva de billetes, apoyando un mercado de segunda mano para el material rodante, acelerando el despliegue de los sistemas de gestión digital de la UE y fomentando la I+D y la cooperación en soluciones escalables.
- Reforzar la gobernanza a nivel de la UE, exigiendo a los administradores de infraestructuras que se coordinen en materia de capacidad para los servicios transfronterizos de larga distancia y facilitando las normalizaciones y autorizaciones.
Además de reducir los tiempos de viaje, el plan aliviará la congestión y liberará capacidad en las líneas convencionales, facilitando los trenes nocturnos, el transporte de mercancías y la movilidad militar, al tiempo que reforzará la competitividad de Europa en el turismo y la industria.
Aumentar la inversión en combustibles renovables y bajos en carbono
La segunda iniciativa adoptada hoy, el Plan de Inversiones para el Transporte Sostenible (STIP), establece un planteamiento común para impulsar la inversión en combustibles renovables y bajos en carbono, centrándose en la aviación y el transporte marítimo y fluvial.
Para cumplir los objetivos de RefuelEU Aviation y FuelEU Maritime, se necesitarán unos 20 millones de toneladas de combustibles sostenibles (biocarburantes y e-combustibles) de aquí a 2035. Para lograrlo, se calcula que serán necesarias inversiones por valor de 100 000 millones de euros.
El STIP envía una señal clara a los inversores de que los objetivos europeos siguen vigentes y de que la Comisión apoyará la transición hacia una economía neutra desde el punto de vista climático. Acelerando la producción nacional de combustibles biológicos y no biológicos, Europa puede reducir su dependencia de los combustibles fósiles importados, aumentar la competitividad de sus industrias y liderar la transición hacia una energía limpia a escala mundial.
Entre las principales medidas de inversión destinadas a movilizar al menos 2 900 millones de euros a través de instrumentos de la UE de aquí a 2027 figuran las siguientes:
- Al menos 2 000 millones de euros para combustibles alternativos sostenibles en el marco de InvestEU.
- 300 millones de euros a través del Banco Europeo del Hidrógeno para apoyar los combustibles a base de hidrógeno para la aviación y el transporte marítimo.
- 446 millones de euros para proyectos de combustibles sintéticos de aviación y marítimos en el marco del Fondo de Innovación.
- 133,5 millones de euros en investigación e innovación relacionadas con los combustibles en el marco de Horizonte Europa.
Además de estas medidas, la Comisión, junto con los Estados miembros, está preparando la puesta en marcha de un proyecto piloto dela Coalición Early Movers del eSAF para finales de 2025, con el objetivo de movilizar al menos 500 millones de euros para proyectos de combustibles sintéticos para la aviación. La Comisión también se esforzará por reforzar las condiciones que permitan las inversiones en el mercado para colmar el déficit de inversión.
A medio plazo, la Comisión trabajará para establecer un mecanismo que ponga en contacto a productores y compradores de combustible, proporcionando seguridad de ingresos y reduciendo el riesgo de inversión. El Plan también reforzará las asociaciones internacionales para ampliar la producción mundial de combustible y atraer importaciones que cumplan los criterios de sostenibilidad de la UE, garantizando al mismo tiempo una competencia leal para los productores y usuarios de la UE.
Más información: Comisión Europea







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